Caixinha dijo que lo rescatable es que los celestes mantuvieron imbatible su portería
Domingo 21 de enero de 2018, p. a11
No hubo inercia afortunada ni inspiración por jugar el último torneo en esta cancha, Cruz Azul volvió a empatar sin goles en la fecha tres de la Liga Mx, esta vez ante León, que durante lapsos amplios tuvo arrinconado al local.
En las opciones, Cruz Azul eligió el camino del drama. Porque la inercia de la remontada de la semana pasada ante Chivas no existió. La versión que mostró esta tarde, sobre todo en la primera parte, fue la de un equipo que se fue achicando hasta terminar como un animal acorralado, que si no recibió goles en el primer tiempo fue por la impericia de los esmeraldas a la hora de definir.
Tardó en reaccionar La Máquina, una primera llegada pasados 10 minutos. Felipe Mora entró al área y le regaló una pelota impecable, Carlos Fierro llegó nervioso, apresurado, y remató de forma espantosa.
Ese fue el banderazo para los esmeraldas, que a partir de entonces se fueron sin clemencia contra La Máquina. En ese escenario adverso, Julio César Domínguez pasó una tarde terrible, estuvo errático, incapaz de frenar el empuje de los rivales, cometió algunas pifias que estuvieron a punto de costar algún gol.
Andrés Rifle Andrade tuvo la que parecía abriría el marcador, pero titubeó tanto que la respuesta llegó a manos de Jesús Corona quien la controló sin aspavientos.
Pero el verdadero amago, el susto que dejó transparente al iracundo técnico celeste Pedro Caixinha, fue a los 21 minutos, Elías Hernández remató cuando Corona estaba sin posibilidades de proteger su portería, la pelota iba directo al arco, pero Enzo Roco estaba en la línea del gol y alcanzó a lanzarse para sacarla con la cabeza.
Fueron 10 minutos más de insistencia, de tirar una y otra vez contra los locales; si no abrieron el marcador fue porque los remates eran patadones enloquecidos, con más fuerza que puntería. La tuvo también Boselli frente a la portería, y la entregó a manos de Corona.
Parecía increíble que después de tanto asedio León no hubiera abierto el marcador. O de otra manera, cómo era posible que ante la pasividad celeste La Máquina terminara esa parte con la portería a salvo. Inexplicable. La afición abucheó de manera estridente a Cruz Azul, un saludo común desde hace algunas temporadas,
En la segunda mitad Caixinha hizo su primer cambio y algo mejoró el equipo celeste, salió Walter Montoya, fue sustituido por Ángel Mena. Entonces la segunda parte se convirtió en un vaivén desesperado de ambos equipos que no lograban marcar con fortuna. Pero la dinámica ya era más interesante.
Mora estaba destinado a lavar el honor celeste, pero lo hizo de manera inofensiva, con un disparo que atajó William Yarbrough.
Y con la ansiedad de que el partido se les escapaba, buscaron recursos desesperados, Adrián Aldrete casi lo consiguió con un disparo de zurda que prendió en el aire pero con la dirección un poco torcida. Todos suspiraron, ese tiro merecía mejor destino.
Fierro no logró encontrarse esta tarde y a los 73 minutos salió para darle paso a Gullit Peña, quien fue recibido con ovación, como si tuviera el remedio adherido a sus botines.
Cruz Azul empezó a luchar no sólo contra León, sino también contra ese azar que parece disfruta ponerlos en aprietos. Porque entonces hacían las cosas bien, Mena disparó en el área, pero Yarbrough también estuvo inspirado para atajarlo.
Gustavo Díaz, entrenador del León, no ocultó el mal sabor de un partido que durante la primera parte estuvo bajo su dominio. Y mostró optimismo respecto a lo que espera en el conjunto esmeralda con la llegada del estadunidense Landon Donovan.
Caixinha, en tanto, insistió en que un empate sin tantos no puede dejar contento a nadie, pero rescató que al menos mantuvieron la portería sin goles.
Tengo que buscar cómo hacer para no tener un primer tiempo perdido y una mejor segunda parte, encontrar el equilibrio y tengo la solución
, dijo.