El tipo de cambio puede enfrentar una volatilidad significativa
en el primer semestre
a muy corto plazo, a la tasa de referencia
Inflación al alza y demanda interna a la baja, otros pronósticos del subgobernador Guzmán
Martes 16 de enero de 2018, p. 19
El tipo de cambio peso-dólar puede enfrentar una volatilidad significativa
, especialmente durante el primer semestre de 2018, y con ello podría resultar necesario hacer ajustes adicionales, incluso a muy corto plazo
, a la tasa de referencia que fija el Banco de México (BdeM), advirtió ayer Javier Eduardo Guzmán Calafell, subgobernador de la institución.
Al presentar en Londres, Reino Unido, la exposición La política monetaria de México: perspectivas y desafíos, durante la cuarta Conferencia de Mercados Locales de BBVA en América Latina, la cual fue difundida por el BdeM, el funcionario sostuvo que por factores internos y externos las presiones sobre el peso mexicano se han reanudado en meses recientes, en un entorno caracterizado por una volatilidad mayor.
Si bien se proyecta un fuerte descenso para 2018, las expectativas de inflación para fin de año han aumentado
, comentó. En el balance de riesgos que el BdeM efectúa al respecto, dijo que se toma en cuenta la incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los posibles resultados adversos que se obtengan, porque pueden afectar la trayectoria de la inversión
.
Alertó que la demanda interna en México podría verse afectada por preocupaciones por el proceso electoral, así como una potencial volatilidad en los mercados financieros internacionales, actos de naturaleza geopolítica, la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y los efectos potenciales de su reforma fiscal.
Así, la política monetaria será implementada y deberá ajustarse continuamente en un contexto de mayor incertidumbre en los próximos meses. Debe considerar la lectura de alta inflación, la persistencia de las presiones al respecto y la desaceleración que atraviesa la economía nacional.
La economía mexicana continúa registrando tasas moderadas aunque debilitadas de crecimiento
, aun cuando en 2017 se desaceleró menos que lo anticipado. Se prevé un crecimiento económico gradual en 2018 y 2019, expresó.
Guzmán Calafell subrayó: Más allá de las acciones de política económica, se necesitarán otras medidas para lograr un desarrollo adecuado y sostenible en las tasas de crecimiento económico de México
. Entre ellas, destacó, se debe asegurar la fortaleza a largo plazo de las finanzas públicas, preservar la estabilidad financiera y consolidar las reformas estructurales en áreas clave, pero también combatir la inseguridad y la corrupción.
El consumo interno y las exportaciones continúan sosteniendo la demanda agregada, pero comentó que se observan algunos signos de desaceleración
y la inversión se mantiene débil. En cuanto a la oferta, destacó que hay una contracción en la industria que se contrarresta con el desempeño favorable del sector servicios.
El subgobernador recordó que la economía mundial logró en 2017 su expansión más rápida en los pasados seis años y se prevé que se fortalecerá, aunque de manera moderada, este año y el siguiente. Además, se recuperaron los precios de productos como el petróleo.
Insistió en que hay riesgos a la baja, como la normalización de la política monetaria de economías avanzadas, las implicaciones de un giro al proteccionismo, la sobrevaloración de los activos financieros de varios economías avanzadas y emergentes, así como persistentes tensiones geopolíticas.
Ante inversionistas internacionales, explicó que las presiones inflacionarias en México son resultado de la depreciación del peso, el alza en el precio de los energéticos, los ajustes al salario mínimo, efecto de los precios en los servicios de telecomunicaciones y el incremento en los precios agrícolas. Con ello la tasa de referencia del BdeM ha aumentado 425 puntos base desde diciembre de 2015 y el último ajuste al alza se hizo el mes pasado, pero el subgobernador ponderó que la tasa de referencia real permanece dentro de las estimaciones de la tasa de política monetaria a largo plazo
.