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Los universitarios alcanzan el liderato del torneo; logra el delantero chileno otro doblete

Con un Nico Castillo inspirado, Pumas hilvana su segunda victoria consecutiva
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La estrella del juego de ayer fue el delantero de Pumas, Nicolás Castillo, quien abrió el marcador a los 6 minutos al vencer al arquero de Atlas, Cristopher ToselliFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de enero de 2018, p. 3

Hay talentos que florecen acompañados. Nicolás Castillo, un delantero con habilidad incuestionable, parecía que esperaba a Matías Alustiza para integrar una fórmula que funciona como un instrumento infalible. En su segundo partido de liga volvió a anotar un doblete y regaló una asistencia para que su compañero también estrenara los botines con Pumas, que derrotó 3-1 a un Atlas que naufraga con el timón frágil de José Guadalupe Cruz.

No fue poca cosa, representó devolver la alegría a Ciudad Universitaria tras un torneo fallido. Una reconciliación para una temporada en la que algunos equipos presumieron refuerzos internacionales. Después de la remontada emotiva ante Pachuca en la primera fecha, los aficionados aguardaban con curiosidad lo que mostraría su equipo en su segunda aparición.

La respuesta fue inmediata y con la voracidad de una avalancha. Seis minutos y Nico Castillo recibió un pase de larga distancia, Jesús Gallardo lo envió casi desde media cancha, y el chileno salió disparado rumbo al área rojinegra. Entró sin titubeos, el portero Cristopher Toselli se la jugó cara a cara, pero el delantero tuvo la osadía de mandarle la pelota entre las piernas para conseguir el primer gol.

El juego ocurría en zona rojinegra, donde los universitarios no se desprendían de la pelota e hilvanaban un toque tras otro, engolosinados con el dominio que impusieron desde el principio. Atlas sufría, la zaga apenas podía contener el empuje de los rivales; reflejaban fragilidad y cierto miedo con sus movimientos.

Apenas transcurría la primera media hora de partido y Castillo estaba incontenible. Notó la precariedad de los defensores ante la presión. Stiven Barreiro salió con la pelota haciendo malabares y Nico lo cazó dentro del área, le quitó la pelota con la alevosía de quien roba un caramelo a un niño, y con insolencia dominó con la misma pierna con la que arrebató y la envió a un lado, para que Alustiza sólo empujara el segundo gol de los universitarios. El argentino, ex rojinegro, respetó los códigos de la cortesía futbolera y no festejó.

El duelo se veía resuelto para Pumas, que esperaban el descanso para reponer fuerzas y volver para consumar lo que ya habían anticipado. Pero un minuto antes de salir rumbo a los vestidores, Milton Caraglio pateó el primer disparo al arco de Atlas. Sólo un aviso.

En la segunda parte, tras algunos cambios del Profe Cruz, Atlas regresó como un equipo distinto. Con dos goles en contra, pero con la convicción de que no eran irreversibles. De pronto, esos jugadores que estaban derrotados en el primer tiempo estaban ahora ejerciendo presión incansable sobre los universitarios. Caraglio volvió a espantar al arquero auriazul Alfredo Saldívar, con un remate peligroso que se fue arriba el arco.

Pumas entendió entonces que mantener esa abulia de ganador podría ponerlos en riesgo. Con algún trabajo volvió a apostar al ataque. Salió Alustiza con el trabajo cumplido y entró en su lugar Pablo Barrera, que junto a Jesús Gallardo y Castillo, se encargaron de exhibir a la zaga de Atlas.

Castillo era un dolor constante para los rojinegros, que no encontraban como disuadirlo. Leitón Jiménez no encontró otro recurso que la fuerza y le dio un empujón en el área que les costó un tiro penal. El responsable de cobrarlo fue el propio Castillo, que así sumó su doblete al minuto 64, el segundo consecutivo, para afianzar la victoria universitaria.

Pero Atlas tuvo una reacción pudorosa, con el juego perdido trató de revertir lo que parecía imposible. Primero Juan Pablo Vigón estuvo a punto de marcar para los rojinegros, pero Saldívar estuvo en el lugar adecuado para salvar a los suyos.

La fortuna tapatía llegó en un tiro libre que cobró Ravel Morrison de manera elegante. La pelota siguió una línea precisa que no pudo atajar Saldívar para el 3 a 1 al minuto 75. Después sólo hubo algunos amagos, pero ya nada con contundencia.

La victoria dejó el camino óptimo para que la próxima semana los Pumas reciban al América. Al menos el ánimo está en condiciones inmejorables para los felinos, que alcanzaron seis puntos y el liderato del torneo.

Atlas, con una situación precaria en la zona de descenso, ahora reconoce que hay una crisis que es inocultable, según dijo el Profe Cruz en conferencia de prensa, y admitió que su equipo está lejos de donde le gustaría.