Activistas feministas defendieron el movimiento #MeToo que dio pie a que decenas de miles de mujeres en el mundo denunciaran el acoso sexual que han vivido en sus trabajos, escuelas o en las calles. Coincidieron en que la importancia de visibilizar este tema a través de cualquier medio permite desnaturalizar estas acciones y dar voz a las víctimas.

Expusieron que cualquier acción sexual que transgreda a una mujer, sea comentario, acercamiento físico o mirada puede ser juzgada como acoso en tanto ellas no concedan que ocurra.

#MeToo inició en octubre de 2017, tras acusaciones hacia el productor de cine Harvey Weinstein.

Mary Rosario Goldsmith, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, dijo que en los casos donde existen elementos de hostigamiento en una relación de poder la mujer no necesariamente puede comunicar el rechazo por temor a represalias.

Ana Elena Contreras, de Las del Aquelarre Feminista, dijo aún no se ha comprendido que el acoso es la punta del iceberg cuando estamos hablando de delitos que pueden llegar al feminicidio.

Amparo Reyes, de Mujeres Activistas Sinaloenses, lamentó que se siga solapando y dé pie a preguntar si la mujer provoca el acoso o no o si es delito o no.