Política
Ver día anteriorMiércoles 10 de enero de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Cierran los semanarios Interviú y Tiempo

Las publicaciones emblemáticas acumulaban grandes pérdidas por la crisis de medios en España

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de enero de 2018, p. 32

Madrid.

La crisis de los medios impresos, la abrupta caída de la publicidad y la acumulación de pérdidas por más de 7 millones de euros (160 millones de pesos) fueron algunos de los motivos que provocaron el cierre definitivo de dos históricos semanarios españoles: Interviú y Tiempo. El primero, que inició su andadura en 1976, fue una publicación crucial en los difíciles años de la transición a la democracia y del periodo conocido como el destape, en el que España pasó del conservadurismo rígido y cerrado de la dictadura de Francisco Franco a la apertura libertaria de la nueva etapa que se abrió con su muerte.

La revista que cada lunes llegaba a los quioscos de prensa con su singular portada, que se caracterizaba por mostrar el desnudo integral o parcial de alguna mujer de relevancia, ya no formará parte de la oferta periodística en España. Los 26 profesionales que trabajaban en ambos semanarios, más los cientos de colaboradores que alimentaban sus páginas con fotografías, reportajes o entrevistas, tendrán que sumarse a las largas colas del desempleo o, en el mejor de los casos, incorporarse a nuevos proyectos periodísticos.

La decisión definitiva la adoptó el Grupo Zeta, dueño de ambas publicaciones, en concreto su presidente e hijo del fundador de las publicación, Antonio Asensio, quien explicó en un comunicado los motivos de una decisión que provocó nostalgia, melancolía y una profunda desazón en la mayoría de periodistas españoles y en millones de lectores que crecieron y se nutrieron de ambas publicaciones.

En el comunicado, el grupo editor explicó que la causa principal es la imposibilidad de seguir sosteniendo durante más tiempo las importantes pérdidas generadas por ambas publicaciones en los últimos años, como consecuencia del vertiginoso descenso en la difusión y en los ingresos de publicidad que han sufrido de manera intensa y creciente. En concreto, las pérdidas continuas de ediciones Zeta, empresa que agrupa a estas dos revistas, ascienden en los pasados cinco años a 7 millones de euros y la caída en la difusión ordinaria se sitúa en torno a 65 por ciento en ese mismo periodo y de 80 por ciento a lo largo de la anterior década.

Interviú, por ejemplo, que en su época de esplendor llegó a tener tiraje de un millón de ejemplares, actualmente no superaba los 25 mil, de los cuales se devolvían varios miles. Uno de los principales escollos del primero, como de Tiempo, fue el cambio tecnológico y las dificultades que tenían como publicaciones semanales para ofrecer información atractiva para los lectores.

Ambas ediciones se caracterizaron durante más de cuatro décadas en hacer un trabajo periodístico de calidad, en el que se primó la investigación, los grandes reportajes, las entrevistas y un tratamiento riguroso de la información política-económica-financiera. De hecho Interviú salió a los quioscos en la primavera de 1976 y desde el principio constituyó un rotundo éxito por su atrevimiento periodístico y su osadía, siendo percibido como una de las enseñas del nuevo país democrático.

Tiempo empezó siendo un suplemento político de Interviú, pero en 1982 la revista fue puesta a la venta en solitario, convirtiéndose en muy pocos meses en la referencia periodística de todos los ámbitos de la sociedad española, sobre todo de la política y la economía, al sustituir a Cambio 16 como referencia de la información política. Interviú se convirtió entonces en una especie de nave nodriza desde la que fueron surgiendo primero suplementos y después publicaciones independientes, como Lib, Sal y Pimienta o la misma Tiempo.

Foto
Grupo Zeta, que edita Interviú y Tiempo, concentra en 2018 todos sus esfuerzos y recursos en la necesaria transformación digital a la que se encamina de forma acelerada el sector de la comunicación

En aquella época, la revista Interviú se convirtió en un estandarte de las libertades, en un símbolo de los nuevos tiempos que se vivían en España después del largo periodo de oscurantismo de la dictadura franquista, en el que los censores del régimen y la propia moral política y religiosa de las autoridades impedían que se ejerciera la libertad de expresión. De hecho, el primer número de Interviú se publicó el 22 de mayo de 1976, sólo seis meses después de la muerte de Franco y cuando todas las fuerzas vivas de la dictadura seguían controlando con mano de hierro las publicaciones y expresiones, entonces tímidas de libertad.

En un gesto de osadía, que se prolongaría a lo largo del tiempo, Interviú publicó en su portada la imagen de una modelo británica desconocida con una camiseta blanca empapada y en la que se veían con nitidez sus pezones y el resto de los senos. Y con las piernas al aire. Una imagen que en aquella época revolucionó el panorama de los medios de comunicación y que también provocó la ira de los sectores más conservadores, que la acusaron de hereje, satánica y hasta de comunista.

Pero en aquel primer número también se mostró la otra seña de identidad de la publicación, que eran los grandes reportajes de investigación y las entrevistas de calidad, al llevar como tema de portada un texto sobre el asesinato de un joven en la peregrinación anual de los carlistas a Montejurra.

Entre los números históricos y de mayor difusión destacan el que publicaron en septiembre de 1976, en el que llevaba en la portada –y desnuda– a la entonces musa de la transición: la cantante Marisol. Después vinieron otros desnudos de personajes de la música, el teatro o la televisión, como Lola Flores –de ese número se publicaron un millón 600 mil ejemplares–, Victoria Abril, Marta Sánchez y Concha Velasco.

Pero también, y de forma simultánea a su crecimiento en ventas por el atrevimiento de sus portadas y fotografías, también se ganaron un lugar destacado por la seriedad y trascendencia de algunos de sus reportajes, como cuando destaparon las tramas de extrema derecha y su vocación criminal, o las pruebas y documentos que pusieron en evidencia el terrorismo de Estado que llevaron a cabo las fuerzas de seguridad del Estado bajo las órdenes del ex presidente Felipe González para aniquilar al independentismo vasco. O sus reportajes sobre los niños robados del franquismo, las corruptelas de los políticos de todos los colores y las múltiples estafas de los banqueros y financieros españoles. Uno de los reportajes que más se difundieron fue aquel en el que se detalló la orgía sexual del entonces director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, y sus amigos, en las que se le veía en calzoncillos.

Y, además, tuvo durante sus cuatro décadas de existencia algunas de las grandes plumas del periodismo español, como Manuel Vázquez Montalbán, El Perich, Francisco Umbral, Camilo José Cela, Fernando Claudín, Manuel Martín Ferrand, Cándido, Ángel Antonio Herrera, Juan José Millas, Raúl del Pozo o Tip y Coll, Emilio Romero, Antonio Rubio o Rafael Chirbes, entre otros muchos.

Con Interviú y con Tiempo muere también una parte esencial de la historia reciente de España, de una época en la que se defendía la libertad de expresión con desnudos subversivos y con reportajes que mostraban en calzoncillos a los que sólo unos años antes controlaban el país con fusil y con garrote.