Ciudad Juárez, Chih.

El periodista Emilio Gutiérrez Soto y su hijo Óscar, detenidos por autoridades migratorias de Estados Unidos el 7 de diciembre de 2017, quedaron sujetos a repatriación a México, vía El Paso, Texas, luego de que un juez federal les negó asilo político en ese país.

Eduardo Beckett, abogado de Emilio y Óscar, indicó que tras 10 años de solicitar asilo en el país de la bandera de las barras y las estrellas, ambos podrán apelar la decisión, a pesar de que el juez de inmigración Robert Hough dijo en su negativa que Gutiérrez no demostró que su vida estuviera en peligro.

Explicó que la deportación fue frenada el mismo día en que los detuvieron, después de pedir un aplazamiento de emergencia y solicitar a la Junta de Apelaciones de Inmigración reconsiderar las amenazas que recibió de militares al momento de huir de México.

La apelación para no ser deportado fue rechazada inicialmente, luego de que el gobierno estadunidense dijera que su ex abogada, Linda Rivas, no presentó el papeleo del trámite a tiempo; sin embargo, en una carta fechada el 22 de diciembre, la Junta de Apelaciones señalo que aceptaría cumplir con la solicitud de apelación.

Tras considerar los argumentos y la evidencia presentada con la moción, aceptamos que la restauración de la apelación se justifica por el interés de la equidad, informó la dependencia federal.

Beckett dijo que Emilio y Óscar tienen tres opciones: acordar con el juez de inmigración y denegar el asilo; devolver el caso para que lo reconsidere, o asumir el desacuerdo y otorgar el asilo.

Recordó que Gutiérrez y su hijo han buscado convencer a los funcionarios estadunidenses de que si regresan a México será para que los maten, luego de que el reportero recibiera amenazas de muerte por sus informes contra militares sobre corrupción y violencia en Chihuahua.

En tanto, el Club Nacional de Prensa y la rama estadunidense de Reporteros Sin Fronteras, así como varios defensores de la libertad de prensa y de los derechos de los inmigrantes emitieron una carta conjunta en la que instan al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a suspender los esfuerzos para deportar a Emilio Gutiérrez Soto y su hijo, que huyeron a Estados Unidos porque su vida corría peligro.

El periodista y su hijo se entregaron a las autoridades estadounidenses en junio de 2008, después de que le informaron a Gutiérrez que el Ejército Mexicano planeaba matarlo. Las amenazas aparentemente se debieron a que informó sobre supuestos abusos de militares en contra de civiles y arguyó que antes de huir del país, personas que se identificaron como soldados allanaron su casa y le apuntaron con una pistola.