México, en últimos lugares en aprendizaje del civismo: estudio
Miércoles 3 de enero de 2018, p. 3
La institución en que menos confían los adolescentes mexicanos son los partidos políticos, y un porcentaje mayor a la media internacional no considera la obediencia a la ley en su definición de buen ciudadano, aunque valoran como un deber cívico trabajar duro, asegurar el bienestar económico de la familia, apoyar a personas en desventaja, así como a países con menor desarrollo, concluye el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana (ICCS) 2016, realizado en México por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en coordinación con la Asociación Internacional del Logro Educativo.
En el documento se destaca que al menos 38 por ciento de los estudiantes evaluados en el país considera malo que se permita criticar al gobierno; otro 11 por ciento dice que es incorrecto protestar por una ley injusta, y 5 por ciento aún cree que es negativo que todos los grupos étnicos tengan los mismos derechos.
La encuesta, aplicada a 94 mil estudiantes de segundo de secundaria, 37 mil docentes y 3 mil 800 directores de 24 países –16 de Europa, cinco de América Latina y tres de Asia–, resalta que México se ubica en los últimos lugares en cuanto a aprendizaje del civismo, con 467 puntos, frente a una media de 517. Sólo por debajo se ubican Perú (438) y República Dominicana (381).
El estudio, cuyo objetivo es detectar qué tan preparados están los jóvenes para asumir su ciudadanía en el siglo XXI, considerando el nivel de aprendizaje que alcanzan en determinados temas cívicos, así como el compromiso y la actitud que tienen hacia factores sociales, revela que los adolescentes mexicanos son más proclives que la media internacional a realizar protestas violando la ley, como toma de edificios, interrumpiendo el tráfico o pintando muros, pero perciben de forma más clara los grandes problemas globales.
De acuerdo con los resultados, dados a conocer por el INEE en noviembre pasado, los estudiantes mexicanos superan la media internacional en cuanto a su preocupación por la pobreza, el desempleo, la contaminación, el crimen y la falta de agua.
El documento señala que si bien la formación cívica depende de la escuela, también es reflejo de lo que se piensa en la familia y en la comunidad. Por ello, recomienda que el centro escolar se convierta en el espacio de formación en valores, pero que también sea capaz de construir condiciones de convivencia armónica y prevención de la violencia en sus aulas.
También se destaca la capacidad de solidaridad que demuestran los adolescentes mexicanos, y cita como ejemplo su participación en los recientes sismos que afectaron al centro y sur del país.
Agrega que en comparación con los resultados de la ICCS 2009, México logró mejorar 15 puntos en cuanto a los aprendizajes cívicos de los alumnos, pero se mantiene muy por debajo de la media internacional, e incluso en temas como su intención de participar en elecciones municipales, delegacionales o federales prácticamente se mantienen sin avances en los puntajes alcanzados entre la anterior edición y la actual, al igual que en su interés de buscar información de los candidatos antes de votar.