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Negocios y Empresas

Las televisoras pierden valor

U

no de los grandes sectores perdedores durante 2017 fue el de la televisión. En especial, Televisa, líder en contenidos y en poder político durante décadas y que contaba con los programas de entretenimiento más importantes, con el noticiero 24 Horas, con telenovelas y personajes que hicieron historia, ahora se encuentra en caída libre.

El poder sustancial de la empresa de Emilio Azcárraga y en menor medida el de Azteca, de Ricardo Salinas, se perdió paulatinamente, para pasar a ser televisoras relativamente pequeñas frente a los gigantes internacionales de telecomunicaciones que manejan contenidos en todo tipo de dispositivos como teléfonos celulares y computadoras y que se llevan parte de los ingresos publicitarios.

Además, 2018 no pinta bien para las televisoras. En particular Televisa, que tiene 60.6 por ciento del mercado de televisión de paga, se encuentra en un proceso de investigación por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y lo más probable es que le imponga fuertes restricciones y multas.

Otro tema pendiente es la liberación de los permisos a Carlos Slim para que pueda ofrecer televisión en México, lo cual también será un duro golpe para las firmas del sector debido a que los precios del servicio bajarán sustancialmente.

Por último, el año que viene se presentará mayor competencia en la televisión abierta, ya que a los 123 canales de televisión digital que se concesionaron en 2015 hay que sumar otros 32 títulos de concesión que acaba de liberar el Instituto Federal de Telecomunicaciones y que comenzarán a operar durante 2018.

Ante esta mayor competencia la publicidad en televisión abierta se pulverizará entre mayor número de participantes y parte de la misma se irá a medios que transmiten por Internet, por lo que los ingresos de las televisoras tradicionales se reducirán aún más.

Durante 2018, como producto de las elecciones, los ingresos de las televisoras pueden ser atractivos, sobre todo porque venderán de manera informal una serie de entrevistas y comentarios de los principales candidatos. Sin embargo, en el mediano plazo el único camino que queda a las televisoras para ser exitosas es convertirse en verdaderas empresas de telecomunicaciones. El problema es que este cambio en la operación de las televisoras les costará sangre, sudor y lágrimas.