Buena parte de los pacientes que fueron defraudados por la empresa Asistencia Dental Social (ADS) en México no únicamente perdieron su dinero, luego de que los obligaran a pagar por adelantado intervenciones odontológicas inconclusas, sino que también padecieron mala praxis que les generó lesiones físicas de diversa gravedad, de acuerdo con testimonios de las personas afectadas.

Una de ellas es Carla González Dulché, quien en noviembre de 2016 comenzó a asistir a la clínica ubicada en Alejandro Dumas 347 –cuyo nombre comercial era iDoctor–, para atenderse por un cuadro de inflamación de las encías.

Los médicos responsables del lugar le aseguraron que de no tratarse, podría perder varias piezas dentales. A final de cuentas, la convencieron de pagar 41 mil pesos por la colocación de tres implantes dentales, pero en una sóla sesión terminaron por extraerle cuatro dientes en total.

Me hicieron lo que se conoce como una cirugía de caballos, que duró cuatro horas y de la cual salí hecha un mar de lágrimas y golpeando las paredes del coraje, porque sentí que me habían torturado. He escuchado que hasta te extraen más dientes de los necesarios, con tal de cobrarte más dinero, narró la mujer en entrevista con La Jornada.

A las intervenciones con dolor excesivo y criterios profesionales cuestionables, señaló González, se sumaba un trato despótico por parte de recepcionistas y personal administrativo, quienes en más de una ocasión la dejaron en espera varias horas para ser atendida.

Verónica Sevilla Ortiz es otra de las más de 150 personas que se atendió en ADS en busca de acceder a un precio más accesible para sus necesidades odontológicas, pero que al final tuvo que denunciar por mal trato y sobre todo por intervenciones quirúrgicas negligentes.

La mujer pagó 59 mil pesos de contado, mediante su tarjeta de crédito, para colocarse ocho implantes dentales. Luego de haber concluido largas sesiones para extraerle las piezas dañadas, Sevilla acudió a citas para verificar que sus implantes estuvieran en buen estado.

Secuelas que duelen

En una de ellas, la doctora encargada de su caso le retiró la prótesis temporal que le habían puesto para revisarla, pero no supo cómo colocarla de nuevo en su lugar. Para solucionar el problema, la odontóloga le hizo varios orificios a la pieza hasta que la hizo encajar de nuevo en su sitio, denunció la víctima.

Me dijo que no me preocupara, porque el implante se iba a ir acomodando solo. Además, las operaciones me dejaron inflamación en los senos paranasales, y por eso sufrí falta de secreción nasal y pérdida de olfato, que se supone tengo que ir recuperando poco a poco, según ella, indicó.

Una paciente más, que prefirió el anonimato, contó que durante las 12 consultas a las que asistió, fue atendida por médicos diferentes en cada una de ellas, lo cual le pareció extraño, por la falta de continuidad que ello podría generar en el resultado final del trabajo. Era tratada, además, por gente muy joven que no exhibían título.