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Los 43, otra prueba para Aguirre Rivero

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odría pisar en falso el senador Celestino Cesáreo Guzmán, ex dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al afirmar que las protestas de los familiares de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa desaparecidos están muy lejos de afectar los actos proselitistas de Ángel Aguirre Rivero, precandidato a diputado de la coalición Por México al Frente.

Podría dar un resbalón al insinuar que el ex gobernador de Guerrero puede llevar a cabo cada uno de sus actos de campaña con tranquilidad y sin incidentes si irrumpen los familiares a encararlo, como ocurrió el miércoles pasado en Ayutla de los Libres, donde el zafarrancho no tuvo nada de amistoso y sí mucho de reclamo, reprobación y condena.

Aguirre Rivero parece haber superado la etapa en que la clase en el poder lo tenía contra la pared y le impedía participar en política después de haber dejado la gubernatura tras la desaparición de los 43 normalistas.

Evidentemente ya cumplió los requisitos para que las autoridades electorales aprobaran su solicitud y registro como precandidato a diputado federal por el distrito 8, con jurisdicción en la Costa Chica, región de donde es originario.

El obstáculo que no ha superado son los señalamientos de los padres de los estudiantes, quienes lo acusan de ser corresponsable de la tragedia de Iguala y advierten que no permitirán al ometepequense hacer campaña.

Si bien Aguirre Rivero tuvo el tacto suficiente para evitar un enfrentamiento de mayores consecuencias en Ayutla, no podrá contener a los padres en cada uno de sus actos; y así como ni las policías municipal y estatal ni el Ejército intervinieron para restaurar el orden, tampoco moverán un dedo en los demás actos.

Un enfrentamiento de padres con militares o agentes tendría un alto costo político para el gobierno en estos tiempos electorales y sería el fin de las aspiraciones de Aguirre de llegar al Congreso de la Unión para dejar de ser visto como un apestado y reincorporarse a la esfera del poder.

En consecuencia, no tendrá más opción que dialogar y negociar con los familiares; se duda que pueda recurrir al soborno, como acostumbra hacer, porque la Federación ya lo ha intentado inútilmente.