En las dos primeras semanas de precampaña, rumbo a las elecciones del primero de julio de 2018, los aspirantes presidenciales han centrado el debate en el tema de seguridad, calificada por los contendientes como primordial en sus respectivas ofertas políticas.

Este cruce de críticas se enfoca entre José Antonio Meade, quien será formalmente a partir de febrero el candidato de la coalición PRI, Partido Verde y Nueva Alianza, y Andrés Manuel López Obrador, del bloque encabezado por Morena, el partido que recibió su registro apenas hace tres años.

La polémica la detonó López Obrador el 2 de diciembre pasado, cuando en un mitin realizado en Guerrero no descartó ofrecer amnistía a líderes de grupos delictivos.

Vamos a explorar todas las posibilidades, desde decretar una amnistía, escuchando también a las víctimas, hasta exigir al gobierno de Estados Unidos que lleve a cabo campañas para aminorar el consumo de drogas, declaró.

Desde entonces, el comentario fue motivo de análisis en torno a la problemática que aqueja al país.

Este año, el más violento en dos décadas

Justo el año en que comienza el proceso electoral es el más violento en dos décadas, con más de 2 mil 300 denuncias de homicidios dolosos en tan sólo un mes y 22 mil 734 de enero registrados hasta noviembre pasado.

El responsable de la estrategia de seguridad en el país es el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien al inicio del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto retomó las tareas y operativos en materia de seguridad pública y fortaleció, con recursos y oficinas regionales, el centro civil de inteligencia del gobierno federal.

López Obrador ha señalado durante este arranque de precampaña presidencial que se requieren otras alternativas porque las actuales no funcionan en cuanto al combate a la corrupción, violencia e inseguridad.

Tenemos que reconciliarnos. Tenemos que parar la guerra, dijo, al tiempo de insistir en que no se puede resolver el problema originado por el abandono del pueblo, sólo con medidas coercitivas. No se puede resolver el problema con el ojo por ojo.

En tanto, Meade –el ex secretario de Hacienda postulado en calidad de ciudadano simpatizante del PRI– es mesurado en cuanto a proponer un cambio a la estrategia actual. Se limita a emitir frases como: es necesario redoblar esfuerzos, modificar y actualizar las instituciones relacionadas con la seguridad, entre otras.

A lo más se refiere a la pertinencia de enfrentar con mayor inteligencia el reto del tráfico de armas y combatir el lavado de dinero.

“Tenemos que acabar con el dinero de los cárteles y hacer el centro de nuestra estrategia la inteligencia y el combate a los recursos ilícitos”, señaló la semana pasada.

Más que dar un viraje respecto a lo hecho en el gobierno al que perteneció, se pronuncia en favor de las reformas legislativas pendientes hacia el mando único policial, propuesto por el Presidente desde hace tres años y defiende la recién promulgada Ley de Seguridad Interior.

Justifica dicha legislación porque dice que dará certeza a la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad. Luego matiza y opina que esa, como cualquier otra normatividad, es perfectible.

En tanto Ricardo Anaya, abanderado del bloque PAN, PRD y Movimiento Ciudadano se muestra opositor a la mencionada ley; advierte que en materia de seguridad estamos peor que nunca. Al mismo tiempo se muestra crítico con la gestión de su aún compañero de partido, el ex presidente Felipe Calderón. La estrategia que se aplica desde hace 10 años no está funcionando.

La precampaña empezó el 14 de diciembre y concluirá la segunda semana de febrero.