Un hecho de las fiestas decembrinas es que la ingesta calórica diaria se dispara y eso se refleja en ganancia de peso por los excesos culinarios en los que se suele caer, coincidieron especialistas.

María Victoria Landa Anell, nutrióloga del Centro Integral del Paciente con diabetes del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, indicó que en la temporada navideña se llega a subir de dos a cuatro kilogramos de peso.

Para el nutriólogo Enrique Lozano Paz, adscrito al Hospital General de Zona 1-A del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el balance en kilos ganados en las celebraciones de fin de año puede oscilar entre tres y cinco kilos.

Esta temporada se caracteriza porque la gente asiste a reuniones familiares y fiestas en las que la comida es la protagonista estelar, por lo cual se debe procurar mantener una alimentación balanceada, al menos en los días previos y posteriores a las fiestas y hacer deporte.

Landa Anell hizo hincapié en que no se debe llegar a las reuniones con hambre, porque eso causa que se coma más de lo debido, y recomienda reducir el consumo de productos con alta densidad energética como refrescos, ponche y ensaladas de frutas.

Lozano Paz sugirió desayunar de manera balanceada y no saltarse este alimento; es válido comer diversos platillos pero con moderación y procurar que siempre contengan verduras; preferir opciones bajas en sal y ricas en fibra, así como limitar la ingesta de leche, alimentos ricos en grasa, con irritantes y comida chatarra.

Llamó a evitar el consumo de alcohol. “Es frecuente que en días de celebración aumente el consumo de bebidas alcohólicas; si no se es capaz de controlar la cantidad, es mejor no tomarlas.

Si va a ingerir alimentos dulces hágalo con moderación y en cuanto al ponche, dijo que se puede beber, pero sólo uno al día. Aunque es una buena fuente de micronutrientes, es un zumo de muchas frutas que no se recomienda, sobre todo en personas con problemas de glucosa.

Landa Anell, recomendó que la ingesta de alimentos se lleve a cabo con base en el plato del bien comer, es decir, 50 por ciento verduras, 25 por ciento arroz, pasta, frijoles o tortilla, el porcentaje restante debe incluir productos de origen animal como pollo, pescado, carnes de res o cerdo.

Subrayó que en la medida de lo posible, se deben sustituir los empanizados, capeados y fritos por preparaciones asadas, en salsas, o a la parrilla y mantener el consumo de entre seis y ocho vasos de agua al día.

Recomendó establecer horarios regulares para las comidas principales y realizar dos colaciones que pueden incluir galletas de maíz, cacahuates, almendras, nueces, fruta o verduras. También se puede ingerir ensalada de atún, rollitos de jamón con pepino y jícama, para no excederse en el tamaño de las porciones.

Respecto a las preparaciones, la especialista sugirió cocinar pastas con salsas de jitomate, chile poblano o pimiento en vez de crema y que en los postres se utilicen sustitutos de azúcar.Alentó a la población a acompañar la alimentación balanceada con actividad física.