Más problemas de sobornos en la FIFA y de dopaje en el COI marcaron 2017
Martes 26 de diciembre de 2017, p. a10
Buenos Aires.
En el año que está por terminar, la credibilidad del deporte fue puesta una vez más en jaque.
Ni la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) ni el Comité Olímpico Internacional (COI), posiblemente los dos principales organismos del deporte, tuvieron un año sencillo. El ente rector del balompié no puede librarse aún de la sombra del FIFAgate y el organismo de los cinco anillos tiene, por diferentes motivos, a sus dos recientes Juegos Olímpicos en el centro de la tormenta. La elección de Río 2016 está en cuestión por la sospecha de compra de votos y Sochi 2014 por la trama de dopaje en Rusia, lo que afecta a su vez también a Pyeongchang 2018.
El dopaje, una vez más, acaparó titulares que dejaron en segundo plano los resultados deportivos. El caso ruso, con su Comité Olímpico suspendido para Pyeongchang y decenas de atletas invernales sancionados de por vida en Juegos Olímpicos, ocupó el centro de la polémica, pero no fue el único.
Ciclismo y atletismo, en la mira
También el británico Chris Froome, en ciclismo, y el estadunidense Justin Gatlin, en atletismo, deben dar explicaciones. El tetracampeón del Tour de Francia, por su resultado positivo en una prueba antidopaje en la Vuelta a España, lo que de momento no tiene sanción de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Gatlin, por el escándalo que generó su entrenador Dennis Mitchell, a quien tuvo que despedir después de que revelara que los deportistas se pueden dopar sin ser descubiertos.
Es cierto que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), bajo el mando de Sebastian Coe, emprendió una serie de reformas para transparentar el organismo después de la era de Lamine Diack. El senegalés está bajo arresto en París, pero su hijo Papa Massata Diack sigue prófugo y con orden de captura internacional. Ambos nombres resultan claves en la trama de corrupción que salpica al COI.
Las investigaciones pusieron en la lupa un pago de 2 millones de dólares que una firma offshore del empresario brasileño Arthur César de Menezes Soares Filho, presuntamente en nombre del directivo brasileño Carlos Nuzman, hizo a Papa Massata Diack tres días antes de la votación del 2 octubre de 2009 en Copenhague, cuando Río fue elegida sede de 2016. Lamine Diack era entonces miembro del COI. Por el caso fue detenido Nuzman, el histórico presidente del Comité Olímpico de Brasil y jefe del comité organizador de Río 2016. También fue suspendido el miembro namibio del COI Frank Fredericks.
Asimismo, la fiscalía francesa investiga desde hace meses movimientos sospechosos de dinero antes de la elección de Tokio 2020 en la sesión de 2013 en Buenos Aires.
La FIFA tampoco puede respirar tranquila. Tras el escándalo que sacudió a la entidad en 2015, las investigaciones continúan y los juicios apenas están comenzando. El primero concluyó recientemente en Nueva York con la declaración de culpabilidad del paraguayo Juan Ángel Napout, ex titular de la Confederación Sudamericana de Futbol, y del brasileño José María Marín. Las explosivas declaraciones del empresario argentino de medios Alejandro Burzaco involucraron a diversas compañías por haber pagado sobornos para hacerse de las transmisiones exclusivas de competencias deportivas.