Viernes 22 de diciembre de 2017, p. 2
Washington. Titán, el mayor de los satélites de Saturno, y el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko son dos posibles desafíos que la Nasa se plantea abordar para mediados de la próxima década, anunció en Washington. La misión Dragonfly debe su nombre a una especie de dron con el que la Nasa prevé aterrizar en decenas de lugares sobre la superficie de Titán. Allí tomará muestras con las que se analizará si hay posibilidades de vida. El viaje pasado a Saturno, sus anillos y sus lunas la emprendió la sonda Cassini. Por otro lado, la misión Caesar está enfocada en tomar muestras del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y enviarlas de vuelta a la Tierra. Este cuerpo celeste ya fue investigado por la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea. No obstante, aunque el módulo de aterrizaje Philae logró tocar suelo, se perdió el contacto. El objetivo es que la misión Caesar ayude a descifrar el origen y la historia del cometa. Según el astrofísico de la Nasa Thomas Zurbuchen se trata de dos gigantescos pasos hacia adelante en la dirección de la próxima misión de la agencia. Estas dos investigaciones pretenden dar respuesta a algunas de las grandes preguntas sobre nuestro sistema solar
, añadió.