Viena. El derechista austriaco Sebastian Kurz se convirtió este lunes en el jefe de gobierno más joven del mundo con apenas 31 años, aunque para llegar al poder tuvo que aliarse con la extrema derecha y ceder las carteras de Defensa, Interior y Relaciones Exteriores, en medio de protestas de miles en esta capital. El wunderwuzzi (niño prodigio) de la política austriaca fue investido a la cabeza de una coalición gubernamental formada por el partido demócrata cristiano (ÖVP, en el cual milita) y el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ). Kurz, de 31 años, asume el poder ocho meses después de haber tomado las riendas del ÖVP, al cual condujo a la victoria en las legislativas de octubre. El jefe de Estado, el ecologista liberal Alexander Van der Bellen, invistió el nuevo el gabinete de 13 ministros. Seis carteras claves quedarán en manos del FPÖ. Van der Bellen pidió a la coalición de Kurz respetar la historia austriaca, tanto sus páginas positivas como sus páginas sombrías, y también los derechos de las minorías y de los que piensan distinto. Cerca del palacio presidencial, miles de personas repudiaron la presencia del FPÖ en el gobierno: ¡Nazis fuera! ¡Muerte al fascismo! Como vicecanciller quedó el líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache, quien compara la inmigración con una invasión de masas y considera que el islam no tiene lugar en Austria. Desde Ginebra, el alto comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Husein, dijo que la participación de la extrema derecha marca una evolución peligrosa.