Los precandidatos del PRD a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Alejandra Barrales, Salomón Chertorivski y Armando Ahued, acordaron realizar tres encuestas en enero con el fin de definir al mejor posicionado entre la ciudadanía para participar en el proceso electoral de 2018.

Así lo anunció el presidente del PRD capitalino, Raúl Flores, quien explicó que los resultados de este ejercicio no serán definitorios, pero servirán para orientar a los integrantes del consejo electivo del sol azteca, quienes decidirán quién será el abanderado del frente a más tardar el 17 de febrero.

Acompañado de los tres aspirantes al gobierno capitalino, el perredista detalló que serán tres las consultorías: Mitofsky, Covarrubias e Ipsos, las responsables de levantar las encuestas, cuyos resultados se darán a conocer en la segunda quincena de enero.

Afirmó que, a diferencia de otros partidos, como Morena, “no tendremos dedazo ni vamos a engañar a la opinión pública con encuestas secretas o con mecanismos que no puedan ser conocidos por los habitantes de la ciudad”.

Aseguró que será un proceso transparente tras señalar que “no llevaría a mis compañeros a una aventura en la que no tengan certeza, nadie con el prestigio del doctor Ahued, del maestro Salomón Chertorisvski ni de la maestra Barrales se prestaría a algo que no fuera legal y que recurriéramos al dedazo o a la tómbola como métodos de elección, como lamentablemente se hace en otros partidos, sin que nadie en el interior los cuestione”, apuntó.

Los tres precandidatos firmaron un convenio en el que aceptaron la metodología que será utilizada por las consultorías participantes y los resultados que arrojen las encuestas, en el entendido que cumplen con los principios de certeza, transparencia e imparcialidad a efecto de definir a la candidata o candidato más idóneo.

En los diferentes ejercicios se tiene previsto consultar abiertamente a la ciudadanía, en los que habrá una combinación de preguntas para conocer cuál es el candidato más fortalecido y con mayores posibilidades de ganar en la contienda electoral.

Como parte del acuerdo, los aspirantes también hicieron un pacto de no agresión, en el que se comprometen a no utilizar la diatriba, el insulto o los ataques personales durante las precampañas.