A pesar de las presiones y del cabildeo que realizaron senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que son dirigentes sindicales, la reforma laboral que permite el avance de los contratos de protección y facilita y abarata los despidos de trabajadores y la pérdida de prestaciones y derechos, fue frenada en el Senado y según señalaron legisladores de los partidos del Trabajo (PT), Morena y de la Revolución Democrática (PRD), harán todo lo posible porque se congele.

El senador independiente Alejandro Encinas dijo que es muy extraño e inusual el hecho de que las organizaciones sindicales oficialistas, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (Croc), promuevan una reforma para favorecer a los sindicatos de protección”.

Es un contrasentido, dijo, que los sindicatos, por corporativos que sean, quieran que se pierdan los contratos colectivos, los contratos por rama e industria y dejar todo en manos de los sindicatos patronales o blancos”, lo que significaría una reducción de los derechos de los trabajadores.

Afortunadamente, agregó, pudieron frenar en la Comisión de Trabajo la discusión de esta iniciativa que el senador priísta Isaías González Cuevas quería alentar. Espero que no se dictamine de ninguna manera, sería una regresión peor que el charrismo e irnos a sindicatos blancos plenamente.

En entrevista aparte, el coordinador del PRD, Luis Sánchez, recalcó que esa reforma, que beneficia a la empresas nacionales y extranjeras, no debe dictaminarse ni el próximo periodo de sesiones de febrero, ni nunca. Explicó que recibió a diversas organizaciones sindicales independientes, entre ellos el sindicato minero, que están dispuestas incluso a la movilización si el próximo año el PRI insistiera en esa modificación regresiva.

El Sindicato de Trabajadores Minero Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, hizo llegar un escrito al Senado, en el que advierte que se trata de la peor reforma laboral en 100 años contra los trabajadores, toda vez que representa “la destrucción brutal de los derechos constitucionales de los obreros para favorecer a los grandes empresarios extranjeros y nacionales.

La redacción de la iniciativa fue hecha por abogados patronales y firmada por González Cuevas y el cetemista Armando Neyra. El proyecto abre la subcontratación a todos los ámbitos, y las condiciones de trabajo las firma el patrón con la contratista. Son éstos últimos los que deciden los derechos individuales y colectivos de los asalariados.

Además, se facilita y abarata el despido de personal el patrón ni siquiera tendrá que dar aviso de la rescisión del contrato y si hay demanda por reinstalación, en el procedimiento la autoridad deja de ser tutelar del trabajo y se dan ventajas procesales al patrón para que gane el juicio.

Se debilita aún mas el derecho a la estabilidad en el empleo prevista en el artículo 39 de la Ley Federal del Trabajo, al desaparecer al sindicato y para proteger al sindicalismo blanco, ya no será obligatoria la publicación de los contratos colectivos y los registros sindicales”.