Madrid.

En los últimos días de campaña electoral, el partido líder de las preferencias según las encuestas, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), decidió dar el protagonismo en sus actos electorales a dos de sus políticos más vinculados al proceso separatista: su líder y ex vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, quien se encuentra en prisión desde el pasado 2 de noviembre, y la ex presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, en libertad bajo fianza y procesada por los delitos de rebelión, sedición y malversación. La represión no frenará la república ni nuestras ansias de libertad, afirmó Forcadell en su primer acto público desde que testificó y salió de la cárcel tras 24 horas de reclusión.

Las encuestas auguran una batalla cerrada entre dos fuerzas antagónicas: ERC, que sumaría entre 30 y 35 escaños, y la formación emergente derechista y liberal Ciudadanos (C’s), que rondaría la misma cifra. Ambas formaciones enfrentan los últimos días de proselitismo electoral con todos los detalles estudiados y, en el caso de ERC, con la precaución de sus dirigentes de no pronunciar ninguna frase que pueda tener secuelas negativas en los procesos judiciales abiertos en su contra.

Junqueras, que en teoría es el candidato a presidir la Generalitat en caso de que ERC sea la lista más votada y logren sumar los apoyos necesarios, envió desde la cárcel de Estremera un mensaje grabado y dio una entrevista, vía cuestionario, al diario catalán La Vanguardia.

El ex vicepresidente catalán, al igual que los ex consejeros e incluso el ex presidente Carles Puigdemont, quien se encuentra refugiado en Bélgica, en su declaración ante el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, acataron la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Es decir, asumieron la legalidad de la intervención del gobierno español, del derechista Mariano Rajoy, para cesar a la administración, disolver las cortes y convocar a elecciones. Era una condición para suprimir la medida cautelar de la prisión incondicional, que había sido impuesta con el argumento del riesgo de fuga y la reiteración delictiva. Todos salieron, menos Puigdemont y el ex consejero de Interior Joaquim Forn.

La primera en acatar la intervención de las instituciones catalanas fue Forcadell, quien desde que abandonó la prisión se ha limitado a publicar algún mensaje breve en las redes sociales y no había participado en ningún acto electoral hasta ayer, cuando decidió dar su primer discurso y reiterar su compromiso con la futura república de Cataluña. Además, advirtió al Estado español que la represión no nos parará.

Forcadell dio paso a las palabras enviados por Junqueras, en las que también fue muy cauto: El futuro sólo tendrá sentido si trabajamos para construir una sociedad más justa desde el respeto más escrupuloso a la dignidad de cada uno. Y nos comprometemos a seguir haciendo camino y soñando hasta atrapar el sueño.