Anuncia que se postulará a otro mandato como independiente; no va más con Rusia Unida
Cierra actividades con maratónica rueda de prensa en Moscú a la que asisten mil 640 periodistas
Viernes 15 de diciembre de 2017, p. 28
Moscú.
El Rusiagate, que centra la atención en Estados Unidos, es un invento para restar legitimidad al desempeño de Donald Trump (presidente de Estados Unidos)
, quien no puede cumplir su promesa electoral de mejorar la relación bilateral por las restricciones impuestas
, mientras sería provechoso para los pueblos ruso y estadunidense cooperar para solucionar problemas comunes como el terrorismo, el deterioro de la ecología, la proliferación de las armas de destrucción masiva o las crisis en diferentes regiones del mundo, como en Medio Oriente o Corea del Norte
.
Es la opinión del presidente Vladimir Putin sobre el escándalo de la presunta injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, que este jueves reiteró en la capital rusa durante la multitudinaria conferencia de prensa que ofrece cada diciembre.
Con esta maratónica sesión de preguntas –la decimotercera desde que despacha en el Kremlin, salvo los cuatro años y medio que se desempeñó de primer ministro–, Putin suele cerrar el calendario político del año.
Esta vez, sin embargo, es prematuro bajar la cortina y habrá todavía noticias antes del tradicional receso de 10 días de asueto oficial por las fiestas de fin de año, como la fecha de inicio de la campaña electoral para las presidenciales de marzo de 2018, que por ley tiene que declarar el Senado no más tarde del 17 de diciembre, o el registro del actual presidente como candidato para un cuarto sexenio al frente de Rusia.
Putin, por fin, hizo saber que se presentará como independiente, ya que ahora no quiere que se le identifique con Rusia Unida, el partido oficialista, aunque cuenta con el apoyo de todos los que comparten su visión sobre el futuro del país.
De ese modo, Putin se distancia de un partido que perdió popularidad por los recientes escándalos de corrupción que involucran a varios de sus miembros más prominentes, a la vez que él pretende promover su imagen como líder nacional por encima de cualquier formación política.
Sin contestar por qué las autoridades ponen todo tipo de obstáculos burocráticos a los aspirantes que se declaran contrarios al Kremlin y niegan el registro a su rival más peligroso, Aleksei Navalny, Putin afirmó estar convencido de que la oposición no tiene ninguna posibilidad de ganar en las urnas al ser incapaz, subrayó, de proponer algo mejor para el país.
Y agregó que el poder (o sea, él) no tiene miedo de nadie, pero tampoco va a permitir que nadie (en alusión a Navalny) que sólo sabe hacer mucho ruido y desestabilizar el país, intente dar un golpe de Estado
, perspectiva que está convencido rechaza la inmensa mayoría del pueblo ruso.
En materia de política interna, hubo contadas preguntas incómodas. El mandatario ruso eludió ofrecer respuestas puntuales, mientras el moderador –Dimitri Peskov, vocero del Kremlin– no dudó en salir al quite y agrupar varias preguntas sobre un mismo tema para que Putin respondiera ampliamente las referidas a aspectos positivos y sólo después dedicara, cuando mucho, escasas frases a una mínima parte del desagradable cuestionamiento inicial, como si ya lo hubiera contestado todo.
Durante tres horas y 40 minutos, Putin respondió las preguntas que quiso, casi todas sobre asuntos domésticos, pues la mayoría abrumadora de los mil 640 periodistas presentes representaban a medios locales de todas las regiones de Rusia, interesados en resolver problemas que, sin restarles importancia para sus lugares de origen, distan de formar parte de la agenda federal y mucho menos de la internacional.
Con pleno control de los hilos en la sala, Peskov concedió la primera pregunta a un medio extranjero una hora y 20 minutos después de iniciada la conferencia de prensa.
Igual que en el caso de Estados Unidos, Putin en esencia repitió lo que ya ha dicho en reiteradas ocasiones sobre la crisis nuclear de Corea del Norte y las negociaciones para un arreglo político en el este de Ucrania, dos temas que también interesaron a los periodistas de otros países.