El problema más grande en el país y el resto de América Latina no es el desperdicio de comida en los hogares, sino que las cosechas ni siquiera llegan a la mesa: se quedan en el campo tiradas, abandonadas, sin cortar, destacó en el Senado Almendra Ortiz Tirado, gerente de proyectos de Bancos de Alimentos en México.

En 2016, resaltó, rescatamos 103 mil toneladas, con las que dimos de comer a más de un millón de personas en el país. Más de 50 por ciento fueron frutas y verduras que fuimos a cortar porque se quedaron como desperdicio al no alcanzar estas últimas el tamaño requerido en Estados Unidos o el color que se demanda.

Consumo impulsado

Al participar en el foro Desperdicio de alimentos en México: retos y solución, la experta en recuperación de comestibles abandonados en el campo o no aprovechados en hogares, restaurantes, hoteles y comercios, subrayó que los alimentos se desperdician por el tipo de consumo que se impulsa en la economía.

Ante expertos, académicos, funcionarios y senadores, Ortiz Tirado aseveró: Es muy grave que la mitad de las cosechas se queden desperdiciadas en el campo, cuando en el país tenemos 50 millones de personas en pobreza, 17 millones de ellas en pobreza alimentaria y 7 millones en pobreza extrema.

Durante su participación en el foro, indicó que los Bancos de Alimentos existen desde 1987. Somos una asociación civil sin fines de lucro; tenemos 50 bancos en la República Mexicana y pertenecemos a una asociación de 32 países, en donde hay 792 unidades en red en el mundo.

Explicó que hemos dividido al país en nueve regiones para la atención mediante bancos de alimentos. Tenemos 20 años de trabajo en el país. Tan sólo en 2016 rescatamos más de 103 mil toneladas de alimentos, de las cuales 50 por ciento eran frutas y verduras, porque al no alcanzar los productos el tamaño que se requiere en el mercado de Estados Unidos pierden su valor y los productores prefieren dejar las cosechas en el campo para que se pudran.

En la asociación de bancos de alimentos, dijo, hemos hecho alianza con más de 600 productores del campo que donan fruta y verdura de más de 60 variedades. Los agricultores del marcado de exportación dejan perder sus cosechas cuando sus productos no tienen la calidad estética que les pide el mercado del vecino país o no poseen el tamaño requerido. Entonces se abandona la producción, entre otros, de jitomate, pepinos, manzana, uvas, fresas y lechugas.

Ortiz Tirado detalló, que mediante la alianza con productores, “conseguimos recursos para rescatar los alimentos del campo. Como se queda 50 por ciento de las cosechas, contratamos a los jornaleros agrícolas, y en nuestros mejores momentos hemos empleado a 3 mil. Rescatamos frutas y verduras de primera calidad, que vendemos a las personas que las requieren.