En el proceso interno del PRI para elegir a su candidato presidencial sólo habrá un abanderado de unidad o, a lo sumo, dos inscritos: el elegido por el presidente Peña Nieto e Ivonne Ortega, si la ex gobernadora de Yucatán persiste en su interés por contender.

Fuentes gubernamentales y partidistas dijeron también que si bien los equipos jurídicos de quienes han manifestado su interés en participar realizaban ayer el análisis de la convocatoria del PRI, emitida durante la víspera, tenían claro que no acudirían a hacer trámites al partido.

Aunque este viernes el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, dijo en distintas entrevistas que está todo preparado para recibir en tiempo y forma a los potenciales precandidatos o precandidatas, uno de los priístas consultados, del primer círculo de un funcionario señalado como presidenciable, dijo: el único que se inscribirá será aquel que tenga el visto bueno [de Los Pinos].

Puntualizó que aún no hay señales claras respecto de quién será el elegido por las altas esferas, especialmente tras los sucesos de días recientes cuando el canciller Luis Videgaray se extendió en elogios hacia el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, el único de los señalados como presidenciables que no es militante del PRI.

Ochoa se reunió ayer con una docena de ex dirigentes de este partido, a quienes dijo que el tricolor unido, en alianza con la ciudadanía, ganará en 2018. Al encuentro no asistió su antecesor, Manlio Fabio Beltrones y, en cambio, sí los siete anteriores, entre otros que ocuparon la posición incluso décadas atrás.

Mientras otros partidos se dividen, en el PRI la pluralidad de ideas nos fortalece y la unidad de propósito e inclusión nos hace invencibles, expresó Ochoa.

En esta dinámica de disciplina, característica de la mayoría de militantes del tricolor, los comentarios vertidos de las distintas oficinas de integrantes del gabinete coincidieron en que serían dos precandidatos: quien reciba el visto bueno de la cúpula y la ex gobernadora yucateca, aunque no descartan que pudiera intentar inscribirse algún espontáneo que finalmente no cumpla con los requisitos. Otro expresó: en el PRI sólo se inscribirá uno con posibilidades reales, el bueno, el elegido por el presidente Peña.

Ortega Pacheco, en tanto, estuvo ayer con su equipo, igualmente en el análisis de la convocatoria priísta y prefirió reservar sus comentarios, acerca del documento, para el lunes, sólo adelantó que conserva su interés de inscribirse, pero verá si la convocatoria garantiza equidad en el proceso, transparencia y piso parejo. Si no fuera así, advirtió, la impugnará ante el tribunal electoral.

Hasta anoche, entre sus más recientes participaciones en redes sociales, señaló: En el PRI urge verdadera democracia interna. Cada militante, dirigente y simpatizante es igual de valioso.

En entrevistas dijo que ella nunca ha querido ser la candidata del Presidente ni de nadie, sino de la sociedad y los militantes. Como mensaje fijo en su cuenta de Twitter eligió un video difundido en octubre pasado en el cual expresa: A la cúpula le digo: nos vemos en el proceso interno.

Como se ha difundido, el PRI optó por el método de convención de delegados para elegir a su candidato presidencial.

La comisión de procesos internos se encargará de revisar el papeleo de los eventuales aspirantes. Para los de casa son más de 20 requisitos, desde los generales como acta de nacimiento certificada ante notario, hasta el apoyo que deberán recabar: las firmas de una cuarta parte de los dirigentes estatales y/o al menos de tres líderes sectoriales o de las organizaciones que integran el PRI. Otra opción es la firma de poco más de 100 consejeros políticos nacionales y/o de 10 por ciento del total de afiliados de este partido.

El registro de aspirantes simpatizantes y militantes será el 3 de diciembre y el dictamen o aval del registro del abanderado será el 5 de diciembre, a fin de que la precampaña sea del 14 de diciembre al 11 de febrero. La convención de delegados, para ungir al abanderado priísta, será el 18 de febrero.