En paralelo con las cifras de crecimiento del empleo, de la inversión privada y de los ingresos públicos de las cuales se precia la actual administración federal, con el aumento de la deuda pública ésta equivale ya a alrededor de 50 por ciento del producto interno bruto (PIB). Ante este hecho, el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, no se alarma: está por debajo del promedio mundial. Cuando te endeudas para pagar, es mala idea; cuando lo hacer para impulsar el crecimiento, la medida es conveniente, afirma.

Enseguida, e interesado en destacar aquellos datos con los cuales la gestión del presidente Enrique Peña Nieto dice tener documentado el acierto de concretar las reformas estructurales, puntualiza: en estos cinco años, 13 millones de personas tienen mejores condiciones de vida.

Sin embargo, no soslaya que los cambios legislativos tocaron muchos intereses, hubo marchas, protestas e incluso se generó molestia en algunos sectores e impactaron la imagen del Presidente de la República, admite.

Sin embargo, asegura, hoy México está en ascenso, con mejores condiciones de las que tenía. El crecimiento exponencial en muchos de los indicadores económicos tiene que ver directamente con las reformas que se aprobaron a partir de 2013, y que nos costaron muchísimo trabajo, desde luego encabezados por el presidente Peña, pero es un esfuerzo de todos.

Asimismo, y frente al señalamiento recurrente sobre actos corruptos en este quinquenio, argumenta: el mandatario tiene muy claro que la corrupción lastima a la sociedad, enoja profundamente a la gente y daña la confianza que los ciudadanos deben tener en las instituciones. El gobierno ha enfrentado este problema con decisión y desde el punto de vista estructural.

Enseguida, la conclusión de la entrevista del vocero presidencial con La Jornada:

–Los datos oficiales ubican que al cierre de este año la deuda pública será equivalente a 47.9 por ciento del PIB, mientras en 2012 representaba 36.4 por ciento. ¿No preocupa este aumento?

–Este tema es muy importante, pero se han dicho muchas imprecisiones. El endeudamiento sigue por debajo del promedio mundial. En Estados Unidos representa 74 por ciento del PIB, en Canadá 99 por ciento, en Brasil 72.4 por ciento y en Colombia 50.5 por ciento. Además, México fue el país, en 2016, que más recursos públicos destinó a inversión para la productividad. No se usó el endeudamiento para el gasto corriente ni el pago de salarios.

Entre enero y agosto de este año, el gasto del gobierno federal se ha reducido 28 por ciento, un ahorro de 2 mil millones de pesos. Hay clara evidencia de que el nivel de endeudamiento está dentro del promedio, se ha usado de manera responsable y los recortes del año pasado han demostrado madurez y cuidado.

–¿Cómo mide la pertinencia de las reformas estructurales?

–Empiezan a dar sus primeros grandes resultados. No podemos negar los avances en materia de combate a la pobreza. Todos los días, por ejemplo, reciben de comer sano, variado y suficiente, 3 millones de personas en los comedores comunitarios. Se trata de las personas más vulnerables: ancianos, niños, gente en condición de pobreza en las zonas urbanas y rurales de mayor marginación.

“El informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), órgano autónomo y no dependiente del gobierno, refleja que ha habido reducción en las cinco carencias más importantes: alimentaria, vivienda, salud, seguridad social y educación. Esto implica 2 millones de personas menos en pobreza extrema, otros 5 millones que dejaron la pobreza y 8 millones de mexicanos más que se han incorporado en este periodo a la seguridad social. Son 13 millones ahora que viven en mucho mejores condiciones.

“Esto de ninguna manera es suficiente, pero nos indica que estamos en la ruta correcta, que las políticas públicas están haciendo su efecto.

“Otros datos: IMSS-Prospera da servicio a 8 millones de mexicanos en las zonas rurales y urbanas de mayor marginación. Esto es 54 por ciento más que en 2012. Tenemos 2.3 veces más trabajadores afiliados al IMSS. Y está la creación de 3 millones 328 mil empleos. Para poner esta cifra en contexto, en la administración de Vicente Fox se alcanzaron 1.2 millones de puestos de trabajo y en la de Felipe Calderón, que fue el ‘presidente del empleo’ e hizo un enorme esfuerzo para lograrlo, fueron 2.3 millones .

En estos cinco años, además, 6.7 millones de mujeres cuentan con el seguro de jefas de familia. Desafortunadamente ya hay 50 mil niños que perdieron a sus madres y disponen del apoyo gubernamental. En suma, tenemos un importante avance en combate a la pobreza y en seguridad social.

–Sin embargo, ¿cómo explica el vocero de la Presidencia que tales avances se reconozcan poco?

–El proceso de reformas también involucró tocar muchos intereses. Significó, por ejemplo, recuperar la rectoría de la educación, y hubo cantidad de marchas en diferentes partes del país que generaron enojo, molestia y otra serie de reacciones a estos cambios que desde luego impactaron también en un momento la imagen del Presidente de la República.

–Entonces, ¿hoy la gente vive mejor?

–Las ventas por más de 100 mil millones de pesos en el Buen Fin hablan del nivel de ingreso y gasto que tiene la gente hoy. Con el ex presidente Fox, el aumento del salario fue de 2.7 por ciento, mientras con Calderón Hinojosa tuvo una minusvalía de 0.3 por ciento. Hoy tenemos una valoración de 20 por ciento y crecimiento del PIB. Así, en términos de ingreso, económicos, México está mucho mejor.

También está el dato de la educación: este gobierno ha invertido 50 mil millones de pesos en ese sector, equivalentes a cuatro veces más de lo que gastaron los anteriores dos presidentes juntos.

–Sin embargo, se habla de mucha corrupción en este periodo…

–El Presidente tiene muy claro que la corrupción lastima a la sociedad… desde hace muchas décadas este es un cáncer que está entre los mexicanos. Sin embargo, es la primera vez que en México pasan tres cosas que no habían ocurrido: se crearon instituciones ex profeso para atenderlo en sus dimensiones de prevención y castigo, existen instituciones independientes que cuentan con la participación directa de los ciudadanos y se incorporaron las mejores prácticas a escala internacional para atacar la corrupción.