Amaranta Leyva articula montaje con marionetas, máscaras y corridos
¿es un héroe o sólo un líder?
Me interesa saber cómo ven los niños de hoy al personaje, dice a La Jornada
A ellos les toca nuestro México y es importante tener la esperanza de que se pueden solucionar las situaciones
Viernes 24 de noviembre de 2017, p. 5
El legendario héroe mexicano Emiliano Zapata es retomado por la dramaturga Amaranta Leyva en un montaje.
Con títeres, máscaras y corridos se muestra el espíritu humano de una de las figuras estelares de la Revolución Mexicana.
La obra Zapata, que sábados y domingos se escenifica en el teatro La Titería, surgió de la pregunta: ¿Zapata es un héroe o sólo un líder?, explica Leyva en entrevista con La Jornada.
“Como escritora, la figura de Emiliano Zapata siempre tuvo un lugar importante desde mi infancia, porque soy de Cuernavaca, donde todos conocen a Zapata; además, siempre se me quedó en la cabeza que cuando veía todas esas esculturas del revolucionario me preguntaba: ¿qué hubiera pasado si no lo hubiesen asesinado?
La idea es analizar al mítico personaje, pero sobre todo contarlo desde el punto de vista de los niños, ¿cómo lo ven?, ¿cómo lo veía yo en mi infancia? y ¿cómo lo ven los niños de hoy?, donde la figura de un héroe, un líder está tan desvalorizada y en contraste salen los superhéroes que no existen.
Durante la charla, Amaranta Leyva recordó que en una escena, uno de los personajes de la historia que cree saber todo, afirma que Zapata es un superhéroe y los pequeños le discuten y refutan que es un héroe. Los niños, claro que saben las diferencias entre un superhéroe y un héroe; donde empiezan a dudar es en pensar si puede haber hoy héroes y esto es un poco triste, porque no vemos por dónde. Como dramaturga, para mí es importante que los niños al final de la obra se planteen preguntas
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El montaje consiste en acercar al público infantil al tema de los héroes y los superhéroes. Al final es una conversación con los niños porque a ellos les toca nuestro México y es importante tener la esperanza de que se pueden solucionar las situaciones
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El teatrino del montaje es el propio cuerpo y cabeza de Zapata que se irá construyendo al mismo tiempo que la narración para dejar al final su figura a manera de homenaje, explica la dramaturga Amaranta Leyva en charla con La Jornada. La temporada de la obra Zapata, en La Titería, concluirá el 30 de noviembreFoto cortesía de la producción
En Zapata, tres amigos se reúnen para contar, a su manera, la vida del gran insurrecto.
Mediante títeres y corridos, el público conoce quién fue este caudillo, qué hizo y cómo murió. El teatrino del montaje es el propio cuerpo y cabeza de Zapata que se irá construyendo al mismo tiempo que la narración para dejar al final su figura a manera de homenaje.
La obra muestra el espíritu humano de Zapata. A todos conmueve su vida; claro que les da mucha risa, pero después de hacer bromas en torno al caudillo se va delineando su ideología, y justo lo que decimos en la vida real: los buenos y los héroes no siempre ganan, pero quedan sus ideas, su recuerdo y las ganas de cambiar el país.
En esa historia, en la que se cantan en vivo corridos, se juega con la imagen de un maíz que es Emiliano Zapata de bebé y desde tres puntos de vista se da cuenta de la vida del héroe. “Cuando siendo niños conocemos la historia oficial, ésta se vuelve fría y uno se aprende nombres, fechas y lugares, pero en la obra empezamos con eso como en burla y luego vemos a Zapata niño hablar, a Zapata adulto cómo desarrolló su ideario, así como su enojo contra los hacendados que le arrebataron la tierra.
También vemos el momento en que Zapata niño pierde la tierra y conforme se ve todo esto se acompaña con los corridos.
En la puesta en escena, además de Emiliano, aparecen Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza y Francisco Villa, así como los actores que van contando esa historia.
La obra Zapata, de Amaranta Leyva, concluirá temporada el 30 de noviembre. Las funciones son sábado y domingo a las 14 horas en La Titería (calle Vicente Guerrero 7, colonia Del Carmen, Coyoacán).