El intento de linchamiento a tres presuntos asaltantes terminó ayer en una confrontación entre habitantes de San Lorenzo Acopilco, delegación Cuajimalpa, y granaderos, quienes ante la multitud enardecida tuvieron que arrojar gas lacrimógeno para tratar de controlar la situación.

Los hechos ocurrieron cerca de las 13 horas, cuando tres sujetos despojaron del dinero de la cuenta a los tripulantes de un camión repartidor de gas y huyeron a bordo de una camioneta Suburban blanca, sin placas, la cual fue interceptada por policías sectoriales y por una veintena de vecinos en la esquina de Hidalgo y Lerdo. Dos de los presuntos responsables lograron huir, pero el otro fue cercado por los inconformes.

Mientras los uniformados trataban de convencer a la gente de que permitiera la detención y consignación del tercer sujeto, comenzaron a sonar las campanas de la iglesia. Decenas de pobladores acudieron al llamado, rodearon la unidad, comenzaron a causarle daños y amagaron con linchar al sujeto que se encontraba en el interior, al grito de que estaban cansados de tanta delincuencia y que las autoridades no hicieran nada. La situación se salió de control, lo que obligó a que los policías sectoriales pidieran refuerzos.

Con palos y varillas, la turba comenzó a destrozar los vidrios de la camioneta, al tiempo que golpeaban y lanzaban piedras al presunto ladrón. Otro grupo formó una valla humana en torno a la unidad para evitar que se la llevaran; otros se apostaron en las calles aledañas, como Leandro Valle y Allende, para que no pasara la fuerza pública.

Más tarde, decenas de patrullas y camiones con granaderos y elementos de Fuerza de Tarea, Ciclones y Guerreros, arribaron al lugar y con sus escudos rompieron las vallas formadas por los inconformes, lo que derivó en un nuevo enfrentamiento con los pobladores.

A base de fuerza, los uniformados rodearon la Suburban y lograron sacarla, lo que enardeció aún más a los habitantes, quienes lanzaron todo tipo de proyectiles a los policías. De un lado a otro iban piedras, palos, tubos, botes, llantas... todo lo que se tuviera a la mano.

Un helicóptero del agrupamiento Cóndores sobrevoló el punto para coordinar las acciones, pues la multitud –entre ellos varios encapuchados– intensificó la agresión a los policías, ante lo cual los granaderos lanzaron gas lacrimógeno a los inconformes y persiguieron a los agresores, por lo que el zafarrancho se repitió en varias calles. Incluso, policías ingresaron en algunos domicilios para detener a algunas personas.

La situación escaló a tal grado que la intervención de los policías fue reforzada con un vehículo conocido como Rinoceronte, el cual recorrió varios puntos para disuadir a los pobladores.

A las 16 horas la situación se consideró bajo control, por lo que la fuerza pública se retiró gradualmente de San Lorenzo Acopilco.

El presunto asaltante fue remitido, junto con el vehículo, a la agencia del Ministerio Público en Cuajimalpa y despúes a un hospital para ser valorado. La autoridad no reportó más detenidos, pero sí varios lesionados que no requirieron atención médica.