Para evitar distracciones con el Mundial de Futbol y no afectar las transmisiones de las televisoras, el último debate entre candidatos presidenciales se realizará el 12 de junio.

La mayoría de consejeros del Instituto Nacional Electoral aprobó esa fecha en medio de críticas de su par Pamela San Martín y del PAN, que pidieron que se realice cerca de la jornada electoral y no dos semanas y media antes.

San Martín pidió no anteponer a ello la transmisión de programas nocturnos del mundial, porque hay que dejarlo claro, la transmisión del debate sería a la hora de los resúmenes de las jornadas mundialistas, no de la transmisión en vivo de los juegos, pues esta será entre las 7 y las 13 horas.

Recordó que en 2012, cuando el segundo debate coincidió con el partido de fase final entre Morelia y Tigres, el dueño de Tv Azteca, Ricardo Salinas Pliego, se negó a transmitirlo. Pero al final el debate fue el más visto de la historia con 22.6 puntos de audiencia mientras el juego transmitido por Azteca alcanzó sólo 9 puntos.

El consejero Enrique Andrade respaldó la propuesta para evitar que se culpe al INE de no haber tomado en cuenta esta justa deportivo, cuya inauguración será el 14 de junio, si por ejemplo hay un juego importante de la selección mexicana ese día.

La discusión generó que los consejeros apasionados con el futbol jugaran una cascarita verbal entre Marco Antonio Baños, aficionado al América y a Pachuca, y Ciro Murayama, seguidor de Pumas.

En tanto, el INE aprobó que además de organizar el conteo rápido de la elección presidencial, asumirá los de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, advirtió que el instituto hará el conteo más preciso, lo que no puede garantizar ninguna empresa ni partido político.

Ofreció que dará a conocer invariablemente las estimaciones de la votación y es responsabilidad de fuerzas políticas, medios, simpatizantes y militantes hacer de horas posteriores el preámbulo de un México más democrático y no las primeras horas de inestabilidad futura basada en la incertidumbre, la desinformación y noticias falsas.