Hace más de dos años el soldado Leonardo Velasco Bruno desapareció en circunstancias poco claras, pues mientras su familia asegura que las autoridades castrenses supieron de lo ocurrido y tratan de ocultarlo, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alegó que el joven se evadió de la base militar donde se encontraba y que los hechos no tuvieron lugar en horas de servicio.

En entrevista con La Jornada, Javier Velasco López, padre del militar desaparecido, explicó que su hijo y el también soldado Eugenio Hernández Santos salieron la mañana del 18 de septiembre de 2015 de un cuartel militar ubicado en la ciudad de Orizaba, Veracruz.

Esa fue la última vez que se supo de ambos soldados, pero las circunstancias que llevaron a su desaparición no han sido aclaradas.

La primera noticia de que su hijo había desaparecido le llegó a Javier Velasco a través de la ex pareja de Leonardo y madre de su hija, a pesar de que los responsables de la base militar tenían su teléfono.

Al enterarse de lo ocurrido, el padre de la víctima acudió al batallón de infantería, donde le aseguraron que su hijo y su compañero Eugenio Hernández habían salido a comprar algo a una tienda de conveniencia cercana y volvieron al cuartel.

Sin embargo, la versión oficial es que poco después salieron de nuevo, acompañados por las hermanas Juana Beatriz y Karen Guadalupe Martínez Rivera, quienes de acuerdo con los militares responsables de la base, habían entrado a la misma desde la noche del 17 de septiembre.

Ambas mujeres fueron encontradas sin vida el 21 de septiembre, asesinadas por disparo de arma de fuego en la cabeza, tres días después de la desaparición de Leonardo Velasco y Eugenio Hernández.

Al interrogar a diversos responsables militares sobre los hechos –entre ellos el capitán Rubén Alvarado Antonio y el sargento segundo Sergio Mauricio González Blanco–, el padre de Leonardo Velasco aseguró que cayeron en contradicciones, se mostraron nerviosos y se negaron a darle explicaciones detalladas.

No me han dado ninguna información, nomás me dicen que (mi hijo) se evadió de la base de operaciones y que estaba vestido en short y playera de la Sedena, pero que después no se dieron cuenta de si se quitaron esa ropa. Nada más dicen ese cuento para lavarse las manos y que no los sigamos molestando, acusó Velasco.

Otro factor que molestó a la familia del soldado es que el Ejército emitió una declaración mediante la cual pone en duda que la desaparición de ambos elementos haya ocurrido durante sus horas de servicio activo.

Luego de enfatizar que la Sedena engañó a su familia al decir falsamente que buscarían a su hijo, Javier Velasco consideró que ambos soldados fueron sacados de la base mediante engaños, con anuencia de sus mandos, para entregarlos a otro tipo de gente, no sé para qué.

Ante la falta de avance de las indagatorias tanto civiles –abiertas en la carpeta de investigación 884/2015, de la Fiscalía estatal– como militares, Javier Velasco subrayó que esto no se va a quedar así. Si yo no tengo comunicación con mi hijo, voy a seguir molestando al gobierno hasta donde pueda, y no le tengo miedo a nadie que se me atraviese.

Este diario solicitó a la Sedena una posición con respecto a este caso, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta por parte de dicho organismo.