Libro que reúne las conversaciones entre Heraclio Alvarado y la especialista Aideé Balderas
de otro tiempode la Huasteca veracruzana
Se presenta hoy en la sexta edición de la Expo de los Pueblos Indígenas, en la colonia Juárez
Domingo 19 de noviembre de 2017, p. 5
A don Laco le gusta la música del carnaval porque con ella se le va la tristeza, como cuando se quedó huérfano, refiere Aideé Balderas Medina a propósito del libro Aclarando amanece, que reúne sus conversaciones con el huapanguero veracruzano Heraclio Alvarado, el cual se presenta hoy en la sexta Expo de los Pueblos Indígenas.
Platicar con él es una manera de conocer la Huasteca en todas sus vertientes. Nos permite acercarnos a la riqueza cultural de la región, con relaciones comunitarias como de otro tiempo. Él habla, por ejemplo, del concejo de ancianos, que ya está en desuso
, dice la autora a La Jornada.
Aclarando amanece: conversaciones con don Heraclio Alvarado Téllez, huapanguero veracruzano (Ediciones del Lirio Pluralia) consigna conversaciones entre Balderas Medina y Alvarado Téllez, nacidas en una amistad iniciada hace 15 años con el hablante náhuatl y músico nacido en Colatlán en 1930.
“Todo mundo conoce el Querreque y La bamba, de son jarocho, y ahí se queda; don Laco conoce todos esos ámbitos de la comunidad. Es una ventana para acercar el patrimonio de Colatlán, que representa a las poblaciones de la región que comparten esas fiestas: el carnaval, Xantolo y los rituales agrícolas, muy arraigados en Ixhuatlán de Madero, Chicontepec...”, menciona la también conductora del programa de radio Son y tradición.
Aideé Balderas (Ecatepec, 1978) expresa que don Laco, “es divertido porque tiene algunas frases como: ‘perdona, pero me gusta la corona’ o ‘esto no me gustó’ y lo explica porque ‘aclarando amanece’. Tiene una forma muy linda de ver las cosas, por su edad. Hay una sabiduría en esas palabras, una forma de querer a la tierra. Son otros códigos. Don Laco está más allá del bien y del mal porque dentro de la comunidad el tiempo funciona de otra manera”.
Muestra de su papel como guardián de la cultura, menciona Balderas Medina, es que el músico dirige cómo se danza. “No le gusta que bailen de manera improvisadao porque ciertos sones que toca, por ejemplo, el del Apareado es para cortejar a las mujeres; proviene de cuando se aluzaba con candil, y es un repertorio muy poco conocido. Siempre que él empezaba a tocar, daba pláticas del contexto.
Conoce también los rituales agrícolas, como el de “atlatlakwaltilistli o tlamanas, donde se le ofrenda al maíz, y tiene un repertorio específico para acompañar. Muchas de las festividades importantes de las comunidades están acompañadas por música, como para hacer el soundtrack de la vida de los huastecos”, dice Balderas.
Don Laco conoció de niño a viejos huapangueros que tocaban ese repertorio. Sentía una atracción muy fuerte y aprendió a tocar en esos rituales. Tocaba los sones de elotes, por ahí del 30 de septiembre, y en mayo, cuando está la sequía, para solicitar lluvia. Ahora, como es mayor, ya no los acompaña, porque es muy pesado. Son tres días continuos en ayunas. Entras en trance al convivir con la música, el copal y el baile
.
El libro, que incluye ilustraciones de Alec Dempster, un prólogo del investigador Román Güemes y décimas de Guillermo Velázquez Benavides, se presenta hoy a las 11 horas, en la sexta Expo de los Pueblos Indígenas, ubicada en Morelos 67, colonia Juárez.