Un entorno complejo, en el que aumentaron los riesgos de mayor inflación y menor crecimiento del producto interno bruto (PIB), es el punto en que hoy se encuentra la economía nacional. Así lo consideró la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) en la última reunión de política monetaria encabezada por el gobernador Agustín Carstens. El órgano colegiado decidió, por unanimidad, dejar en 7 por ciento la tasa de interés de referencia –que determina el costo de los créditos para empresas y personas.

Para la junta de gobierno del banco central, el balance de riesgos para el crecimiento se ha deteriorado respecto de la reunión previa, tanto por la desaceleración del consumo como por la incertidumbre en torno a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sin embargo, consideró que la inflación –que se duplicó respecto del año previo, hasta el nivel actual de 6.37 por ciento– tocó techo en agosto, si bien hay riesgos que pueden retrasar su disminución.

La economía afronta un complejo entorno, marcado por una contracción de la actividad en el tercer trimestre del año, que contrastó con el crecimiento observado en el primer semestre, advirtió. De aquí a fin de año, la inflación general seguirá una tendencia a la baja, anticipó. Se espera, añadió, que esa tendencia se acentúe el próximo año y que, hacia finales de 2018, se acerque al objetivo de 3 por ciento anual.

La inflación se disparó al comienzo de este año a consecuencia de la decisión del gobierno federal de liberalizar el precio de las gasolinas y el diésel –que subieron en promedio 24 por ciento de un solo golpe– y por el efecto de la depreciación del peso frente al dólar en el precio de bienes importados.

Por ello, el BdeM advirtió este jueves que la previsión de que la inflación se acerque al objetivo de 3 por ciento trae implícita la expectativa de un comportamiento ordenado del tipo de cambio.

El Banco de México llamó la atención sobre una pérdida de dinamismo de la actividad económica, que se habría contraído en el tercer trimestre del año. La cifra oficial de la evolución del PIB será dada a conocer en la última semana de este mes.

La información oportuna de la actividad económica en México indica que ésta registró una contracción durante el tercer trimestre de 2017, lo cual contrasta con el dinamismo que exhibió en la primera mitad del año, apuntó.

A la caída en el ritmo de actividad, expuso, contribuyó tanto la desaceleración de algunos componentes del consumo y la inversión del gobierno y empresas, como los efectos adversos, si bien temporales, ocasionados por los sismos ocurridos en septiembre y por la importante reducción en la producción petrolera en ese mes.

En particular, añadió, las exportaciones manufactureras y el consumo privado mantuvieron una tendencia positiva, si bien este último se ha desacelerado. Por otra parte, persistió la atonía de la inversión.

Ante el complejo entorno que la economía mexicana está enfrentando, continúa siendo especialmente relevante que las autoridades perseveren en mantener la solidez de los fundamentos macroeconómicos del país. En este contexto, tanto las acciones de política monetaria que se han venido aplicando para mantener ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazos y lograr la convergencia de la inflación a su meta, como el compromiso del gobierno federal en relación con el cumplimiento de las metas fiscales para 2017 y 2018, han contribuido a fortalecer nuestros fundamentos macroeconómicos, sostuvo.

En el comunicado de política monetaria, el banco central destacó que han aumentado los riesgos para una mayor inflación derivado de la depreciación del peso y del alza en los precios de los energéticos. Adicionalmente, señaló que el balance de riesgos para el PIB se ha deteriorado respecto del documento anterior, tanto por la desaceleración del consumo como por la incertidumbre en torno a la renegociación del TLCAN, opinó el área de análisis de Ve por Más, respecto del anuncio del Banco de México.