Discreto mitin por el centenario de la revolución bolchevique
Miércoles 8 de noviembre de 2017, p. 25
Moscú.
Con un grandioso desfile que tuvo todos los ingredientes de un espectáculo hollywoodesco –en el que no faltaron intérpretes de canciones patrióticas sobre vehículos antiguos y soldados ataviados con uniformes de época–, las autoridades rusas celebraron este martes en la Plaza Roja de Moscú el 76 aniversario de la parada militar del 7 de noviembre de 1941.
Sin la participación del presidente Vladimir Putin ni de otros altos funcionarios rusos, correspondió al alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, dirigir un breve discurso acerca de la proeza del pueblo soviético frente a la agresión nazi en la Segunda Guerra Mundial, pero en su sentida pieza oratoria no encontró razones para recordar que este martes se cumplió también el centenario de la revolución bolchevique.
De este modo, el tradicional escenario donde otrora se conmemoraba la fiesta nacional que de un plumazo dejó de serlo en 2005 y donde, después, los militantes de izquierda solían realizar una marcha pacífica con ofrenda ante el mausoleo de Lenin, no estuvo disponible para celebrar un siglo de la revolución que intentó construir un mundo mejor.
El Partido Comunista de Rusia, que se dice único heredero de ese legado, conmemoró esta tarde el centenario con una manifestación y un mitin autorizados en el centro de Moscú, al cual asistieron, según el comunicado oficial, sus invitados de 120 partidos políticos de 80 países.
Hubo muchas banderas rojas, fotos de Lenin y hasta de Stalin y el Che Guevara, pero poca gente, en un país que –gracias al Kremlin y la jeraquía de la Iglesia ortodoxa– asocia la revolución bolchevique con todo lo malo que uno se pueda imaginar, a diferencia de la inyección de patriotismo que insufla la auténtica gesta de un pueblo que supo vencer al invasor nazi.
Y por la noche, para acabar de confundir a quien no tiene noción de su propia historia, la televisión pública continúa pasando en horario estelar dos series, de las cuales se puede concluir, entre otras cosas, que la revolución de 1917 la organizaron agentes extranjeros para destruir Rusia, que Lenin trató de matar a Trotsky en París empujándolo desde una azotea, que el asesino de Trotsky se encontraba con él a diario para debatir sobre Stalin, que el Día de Muertos se celebra en México en mayo, sin faltar escenas de atractivos desnudos con personajes históricos que no encuentran nada mejor que copular mientras piensan en derrocar el zarismo y fusilar a inocentes para hacerse respetar.