La brecha en la participación de mujeres y hombres en la ciencia, la tecnología, las matemáticas y las ingenierías (CTIM) es aún amplia. De acuerdo con los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) 2015, 28 por ciento de los varones expresaron interés en una carrera en las ciencias o ingenierías, comparado con sólo el 9 por ciento de las féminas.

Ante este panorama, especialistas que realizan una investigación sobre la poca participación de las mujeres en estas áreas señalan que los estímulos para incorporarse se ven afectados por la cultura predominante de la sociedad que les sigue imponiendo estereotipos y prejuicios desde niñas, pero también por la carencia de una educación básica eficiente en estas disciplinas.

Pilar Velázquez Lacoste, académica en el Centro de Investigaciones y Estudios de Genero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que la cultura en la que se desenvuelven los niños marca las trayectorias profesionales en las criaturas; vamos marcando que ellas tienen habilidades para cierto tipo de áreas y ellos para otras.

Estas características, dijo, se refuerzan en el ámbito familiar, escolar y en los medios de comunicación. Siguen pensando que las niñas son muy tranquilas, muy limpias, que son aplicaditas, que son atentas, que son una encarnación de esta idea de pasividad que tenemos muy asociada a la feminidad, contrario a la que se piensa de los varones como inquietos, traviesos y curiosos.

Esto prejuicios, expresó, son el obstáculo fundamental para que se puedan desarrollar de manera plena en cualquier campo de conocimiento.

Distorsión en las aulzas

En las escuelas de nivel básico no hay una definición precisa de qué distingue a la matemática de la ingeniería o qué distingue a la ciencia y la tecnología. Hay una confusión que viene de cómo se imparten estas materias.

Reiteró que a pesar de que en general los menores pueden tener gusto y preferencia por estas disciplinas, la forma en que es impartida en las escuelas distorsiona mucho la concepción de esa materia y va generando desde temprana edad cierto rechazo.

Velázquez Lacoste añadió que para poder modificar estas situaciones se requiere trabajar de manera conjunta en lo educativo, familiar y en los medios de comunicación. Se necesita capacitación profunda, seria y objetiva en el terreno de la sensibilización de la perspectiva de genero.