Los Ángeles se imponen a Houston por 3-1
Miércoles 1º de noviembre de 2017, p. a39
Los Ángeles.
En una Serie Mundial demente, en la que se han bateado 24 cuadrangulares para establecer una marca, los Dodgers de Los Ángeles agregaron una dosis más de delirio al vencer en el sexto juego a los Astros de Houston por 3 a 1 para forzar el séptimo juego. Regalo para aficionados.
La presión para que remontaran Dodgers podía jugar en contra, pero mantuvieron los nervios firmes, a pesar de que su lanzador abridor, Rich Hill, se reventó pronto, cuando en la tercera entrada George Springer pegó el jonrón 23 en lo que va de la serie para poner la pizarra 1 a 0. La situación se puso delicada para la novena de Los Ángeles y puso a trabajar a fondo a su bullpen.
Por Astros, Justin Verlander hacía un juego impecable en la loma. Hasta en la quinta entrada, cuando su homólogo se debatía por algunas concesiones, el de Houston llevaba ocho hombres ponchados y un solo hit.
Pero la sexta entrada rompió los nervios de Verlander. Regaló una base por golpear al bateador, y llegó Chris Taylor para pegar un doble que impulsó la carrera del empate con Austin Barnes para poner la pizarra 1-1. En ese mismo rollo, un elevado de sacrificio de Corey Seager permitió la remontada 2-1 con la anotación de Chase Utley.
Una voltereta cruel para los Astros que tenían una ventaja y la posibilidad de sentenciar la Serie Mundial. Joe Musgrove llegó a la lomita para corregir los lanzamientos, pero lo que consiguió fue dejarle una pelota –esas de las que desconfían algunos por el infame número de jonronazos en esta serie– para que Joc Pederson lograra el bambinazo número 24 de este Clásico de Otoño y firmar el 3 a 1 definitivo.
Kenley Jansen entró a salvar el juego para los Dodgers. A recorrer esa ruta sobre un cable en el vacío que representa mantener la ventaja. Cerró la octava con pulso de acero. Llegó la novena, y el serpentinero lanzó con precisión para retirar a los últimos tres rivales y conseguir el séptimo juego para los Dodgers.