En México no existen instituciones especializadas para atender a las mujeres sordas que sufren violencia de pareja o familiar, ni tampoco hay modelos de atención para este sector de la población a pesar de ser un flagelo que vive la mayoría, denunció Xóchil Alderete García, del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

En entrevista, dijo que principalmente los espacios en donde se les recibe están relacionados con temas médicos o educativos para aprender la lengua de señas, pero no para atender otras problemáticas. Esto, agregó, se suma a la ya de por sí invisibilidad en la que se encuentra la comunidad sorda en el país.

Sobre la violencia que sufren las mujeres, señaló que la mayoría de ellas ha vivido alguna experiencia de este tipo, pues es común sobre todo la discriminación que padecen dada su discapacidad.

Se presenta desde las familias; en general la comunidad sorda ‘‘se reconoce como los miembros invisibles, porque desde que eran chicos todos los oyentes hablan y ellos no participan en la conversación’’, lo que genera en muchos casos que se aíslen.

Estos ‘‘son procesos que viven constantemente porque no todas las familias aprenden la lengua de señas’’ para comunicarse; muchas veces, dijo, sólo los llevan para que ellos adquieran ese aprendizaje y otras ocasiones no les preocupa esa parte.