Representantes legales de artesanos denunciaron ante la Cámara de Diputados que empresas trasnacionales como Nestlé promocionan sus productos con imágenes plagiadas de los diseños creados por maestros indígenas.

Alertaron que no se trata de una práctica aislada, sino que se ha disparado gracias a la falta de regulación y, sobre todo, de la protección gubernamental a la creatividad de las comunidades.

Al respecto, la bancada de Morena presentó un punto de acuerdo para que el pleno le solicite al gobierno federal una política de protección a las creaciones de los artesanos, y se refirió al caso específico de Tenango de Doria, Hidalgo, que se dedica al bordado.

La solicitud refiere que la empresa española Mango “plagió modelos y los plasmó en una línea de suéteres que llamaron ‘jersey bordado floral’, y que las mujeres del municipio han señalado que no es la primera vez que empresas nacionales y extranjeras usan sus diseños y no tienen forma de defenderse”.

También comentó que la francesa Hermès utilizó, en 2011, diseños otomíes en su famoso “carré o cuadrado de seda, como un ‘tributo’ a los pobladores de la comunidad de San Pablo el Grande”, en Tenango de Doria; o bien que la marca de deportes Nike “pirateó en 2013 un diseño de los huicholes, con el argumento de ‘promocionar’ el arte y la cultura de los indígenas de esa comunidad”.

La bancada expuso que en 2015 Susana Harp acusó a Isabel Marant de copiar el bordado característico de los huipiles de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, en su colección de primavera-verano 2015 de la línea Étoile y que sólo una blusa tenía un costo de 4 mil 500 pesos.

La tienda de interiorismo The Pottery Barn replicó en al menos 10 piezas de su colección primavera 2016 los diseños tradicionales de la de la comunidad otomí, “y lo paradójico es que los cojines con bordados mexicanos tienen en su etiqueta ‘Made in China’”.