Incluir perspectiva de género en la ciencia, la tecnología y la innovación puede salvar vidas. En la medicina, por ejemplo, al aplicarse en tratamientos hormonales en Estados Unidos se logró disminuir los casos de enfermedades cardiovasculares, de cáncer de mama y brindar mejor calidad de vida para las mujeres, afirmó Londa Schiebinger, investigadora de la Universidad de Stanford.

Un caso, dijo, en el que no se ha tomado en cuenta esta perspectiva, pero que lograría reducir muertes de mujeres o de sus hijos es en la producción de cinturones de seguridad en autos para que sean utilizados por embarazadas.

En su conferencia magistral Gendered Innovations in Science, Health & Medicine, and Technology, expuso que un estudio reveló en 2011 el sexo de los animales utilizados en la investigación: los machos se usan más que las hembras en la mayoría de las áreas, excepto en la reproducción, en otras tantas esta variable ni siquiera se conoce.

Agregó que este sesgo de sexo y género se presenta también en las tecnologías, por ejemplo, el traductor de Google utiliza principalmente el género masculino.

Londa Schiebinger subrayó que la perspectiva de género debe incorporarse desde las universidades, empresas e instituciones. La diversidad, dijo, genera un equipo más dinámico que termina generando nuevos descubrimientos.

Su conferencia formó parte de la edición del 24 Coloquio Internacional de Estudios de Género. Ciencia, Tecnología y Género que se realiza desde ayer en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

En la inauguración, Ana Buquet, directora del CIEG, dijo que para contar con un área de investigación específica sobre género y ciencia hace falta invertir recursos humanos y espacios de análisis de reflexión que permita orientar su desarrollo y concentración hacia vertientes novedosas de alto impacto.

Agregó que la escasa presencia de mujeres en ciertos ramos disciplinarios como la física obliga a plantearse diversas interrogantes relacionadas con las capacidades entre hombres y mujeres, las prácticas discriminatorias, como el sexismo y la violencia de género.