Madrid.

Animadas por la campaña internacional contra el acoso desatada a raíz del escándalo del productor Harvey Weinstein, las actrices españolas también han decidido levantar la voz. Decir, como el lema de la campaña, #MeToo (#Yo también, en inglés), dejando en evidencia que en la industria del cine ibérico también existe un grave problema de abuso de poder, en la mayoría de los casos ejercido por hombres.

La Asociación de Mujeres Cineastas y la Academia de Cine evalúan la creación de un foro en el que se puedan recoger las denuncias por este tipo de prácticas, que, al parecer, también son generalizadas y afectan sobre todo a trabajadoras, en muchos casos, en situación de vulnerabilidad, por una industria patriarcal que, a su juicio, somete al eslabón más débil al capricho de los más influyentes productores o directores del sector.

El periódico El Mundo habló con varias actrices españolas, entre ellas algunas de las más importantes de las décadas pasadas, para exponer una realidad que se asemejaría mucho a la que denunciaron hace unas semanas en Estados Unidos las víctimas de Weinstein.

Aitana Sánchez Gijón, una de las intérpretes más premiadas, con una trayectoria de más de tres décadas, explicó que el acoso sexual en el cine es el reflejo de una situación generalizada de un abuso por los hombres que tienen poder; no de todos, obviamente, pero sí de algunos. Reconoció que ella misma lo sufrió: Fue un intento del que salí indemne. Alguien, cuyo nombre no recuerdo, me citó en un hotel para hacerme una supuesta prueba. Subí a esa habitación; no había cámaras ni nada. Me dijo que la prueba me la haría otro día, pero que quería estudiar ángulos de luz. Empezó a tocarme la cara, a colocarme el cuerpo y a aproximarse mucho. Me sentí fatal y me fui.

No es normal

Agregó que es un tema difícil de abordar. Ahora, gracias a lo que está llegando de Estados Unidos las mujeres tenemos cada vez menos miedo de alzar la voz. ¿Por qué tomar como normalidad algo que no lo es en absoluto?.

En tanto, Carla Hidalgo relató que también sufrió del acoso generalizado en la industria del cine, por una persona de mucho poder cuya identidad no quiso dar a conocer: “Durante un viaje, al entregarnos la llave de la habitación, la recepcionista se refirió a nosotros como ‘Señores de....’ Yo respondí que había un error, y él me cogió del brazo y me susurró: ‘No me montes el pollo y sube a la habitación’. Lo miré y dije: ‘No, quiero una habitación para mí’. Y él insistió: ‘Sube, coge la maleta y podrás irte’. Me dijo riendo: ‘Podemos dormir juntos, y te haré de todo’. Cuando iba a salir me dijo: ‘Si te vas y no te acuestas conmigo me voy a encargar de que no trabajes nunca más”.

Otra actriz, Ana Gracia, también sufrió los acosos de estos depredadores sexuales que utilizan su poder para abusar: El director de una película me invitó a su despacho y cerró la puerta con llave. En otra ocasión durante el rodaje se me tiró encima pegando su cuerpo al mío de forma descaradamente obscena y tuve que darle un golpe con los codos. Me dejó en paz porque se dedicó a acosar a la protagonista, que estaba harta y desesperada. Esto y otras modalidades más crudas sucedieron y siguen sucediendo, como en otros ámbitos. Esperemos que las mujeres hablen de ello y se pueda parar el acoso.

En tanto, Luisa Martín relató que un profesor de arte dramático la acosó en un cafetería. “Como desde pequeña he tenido bastante correa para estas situaciones, me levanté, di un respingo y dije algo así: ‘Huy, ¿qué había aquí debajo? ¿Un bicho?’, y seguimos trabajando. Por mi cara debió ver que no me hacía ninguna gracia. Otras veces he tenido alguna insinuación de ese tipo, pero ellos lo han descartado enseguida; seguramente porque siempre he tenido aspecto de mujer fuerte”.

Según recientes informes, se calcula que más de 55 por ciento de la población femenina en España ha sufrido alguna situación de acoso sexual.