Miércoles 25 de octubre de 2017, p. a39
Los Ángeles
Pese al calor, Clayton Kershaw no sudó durante su debut en la Serie Mundial, y su estupenda faena llevó a los Dodgers de Los Ángeles hacia la victoria por 3-1 sobre los Astros de Houston, en el primer juego del Clásico de Otoño.
Kershaw logró enfriar el bateo de los Astros, olvidándose de la mala fortuna que había tenido en sus años anteriores durante las finales por el campeonato.
El serpentinero había esperado toda su carrera para que llegara este momento. Y una vez que subió a la lomita para su primer encuentro de Serie Mundial, lució como un digno heredero de Sandy Koufax, Orel Hershiser y todos los grandes lanzadores en la historia de los Dodgers.
Galardonado tres veces con el Cy Young, Kershaw recetó 11 ponches, la mayor cantidad de un lanzador en un primer juego de la Serie Mundial desde 1968. Permitió apenas tres hits y no dio un solo boleto a lo largo de siete capítulos. Su tremenda curva hizo que los bateadores de Houston se vieran torpes en más de una ocasión.
El único descuido de Kershaw derivó en un jonrón de Alex Bregman que empató la pizarra 1-1 en el cuarto acto. Equilibró momentáneamente, pues en el primer lanzamiento de Dallas Keuchel fue convertido en jonrón por Chris Taylor para dar la ventaja a los Dodgers.
Pero en la sexta entrada los de Los Ángeles recobraron la autoridad con un jonrón de Justin Turner que produjo dos carreras para romper el empate. A pesar del descuido, Kershaw tuvo control absoluto de la situación.
El segundo juego está previsto para este miércoles.