Slim y la transparencia
os grandes problemas, como el que atraviesa México producto de los terremotos, también generan grandes soluciones. La sociedad civil, los empresarios y algunas autoridades unieron fuerzas para paliar de la mejor forma posible ese desastre natural.
Todo el que quiso puso su granito de arena en el salvamento de cuerpos y en la crisis inicial. Algunos con bienes básicos para los damnificados, otros con comida para las brigadas de ayuda y unos más con herramientas y maquinaria, mostrando una solidaridad envidiable.
Sin embargo, la ayuda inicial ya pasó. La gente tiende a desentenderse del problema y ahora es cuando comienza el reto de la reconstrucción de las zonas afectadas, que son principalmente lugares donde prevalecen la pobreza e incluso la pobreza extrema.
Instituciones financieras y grandes empresas son las que mantendrán su apoyo, ya que ofrecieron una cantidad determinada por cada peso que aportara la sociedad a ese esfuerzo. En promedio, los bancos prometieron un peso por cada uno que aportara la comunidad. Algunas compañías destinaron dos o tres por uno, y el empresario que más aportaciones ofreció fue Carlos Slim, quien mediante su fundación donó cinco pesos por cada uno aportado por la sociedad. Ante ese reto, otros grupos se unieron a Carlos Slim. Fue el caso de Chedraui, quien entregó 10 millones a la fundación de Slim, lo que generó 50 millones adicionales. Hay que señalar que la fundación del hombre más rico de México juntó 2 mil 374 millones de pesos para el rescate.
Pero lo que quiero destacar es la transparencia con que se realiza ese proceso. Además de que está claramente definido en qué se invierten los recursos (ayuda humanitaria, patrimonio cultural, centros de salud, escuelas, mercados y vivienda popular), cada peso comprometido aparece en la página fundacioncarlosslim.org/sismos, y hay auditorías de Ernst & Young y Deloitte para evitar suspicacias.
Si de cada peso que destinamos los mexicanos al pago de impuestos y obra pública se exige ese nivel de transparencia, México se desarrollará con fuerza. El grave problema es que lo que menos quieren los políticos es que se transparenten las finanzas públicas, por lo que la corrupción se mantiene como el gran cáncer de nuestra sociedad.