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El agresor asegura que era víctima de acoso sexual por telepatía de la comunicadora

Periodista rusa con posturas críticas al Kremlin sufre ataque con arma blanca

Compañeros de Tatiana Felgengauer atribuyen la agresión a una venganza por su trabajo

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La periodista Tatiana Felgengauer, subdirectora de la emisora Ejo Moskvy, especializada en difundir noticias y comentarios que no se supeditan al gobierno ruso, fue atacada ayer por un presunto desequilibrado mental (imagen de la derecha) identificado como Boris Grits, de 48 años, quien declaró a la policía ser ciudadano de IsraelFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 24 de octubre de 2017, p. 25

Moscú.

La periodista Tatiana Felgengauer –subdirectora de la emisora Ejo Moskvy, especializada en difundir noticias y comentarios que no se supeditan al Kremlin, y conductora de programas especialmente críticos con las autoridades– sufrió este lunes un ataque con arma blanca perpetrado por un hombre.

Según el director de la clínica de urgencias Sklifasovsky, Serguei Petrikov, donde la periodista está ingresada después de ser operada de una herida en el cuello, el estado de Felgengauer sigue siendo delicado.

Tatiana se encuentra en la unidad de cuidados intensivos, conectada a un aparato de respiración artificial y en estado de coma inducido, informó esta noche el director de Ejo Moskvy, Aleksei Venediktov.

Los hechos ocurrieron este mediodía, cuando el agresor roció con un gas neuroparalizante el rostro del único guardia que había a la entrada de la emisora y se dirigió en ascensor hacia la oficina de la subdirectora en el piso 14. Al tenerla enfrente, se le acercó e intentó clavarle un cuchillo en el cuello, pero sólo logró causarle un corte.

Otros dos guardias de seguridad pudieron llegar a tiempo y consiguieron neutralizar al atacante, mientras la periodista recibió los primeros auxilios de sus compañeros de trabajo hasta que una ambulancia la trasladó a la clínica.

La policía de Moscú se hizo cargo de la investigación y de acuerdo con fragmentos del primer interrogatorio grabado en video y difundido por las autoridades, el agresor ofrece una explicación absurda de los motivos del crimen.

Dice tener 48 años, llamarse Boris Grits y ser ciudadano de Israel. Aparenta ser un desequilibrado mental que asegura que era víctima de un permanente acoso sexual por telepatía de la periodista.

Afirma que no conocía en persona a Felgengauer, aunque dice que todo el tiempo la veía y sentía. No podía sacarla de mi cabeza, ella es muy insistente.

El atacante –en el blog de Internet que escribía desde Israel– amenazó con venir a Moscú si el acoso no se detenía y las consecuencias pueden llegar a ser muy desagradables.

Los compañeros de trabajo de la periodista no creen en la versión del acoso telepático a manos de un simple enfermo mental y atribuyen el ataque a una venganza por su trabajo y a un intento de acallar una voz crítica, aunque todavía nadie encuentra pistas sólidas que permitan corroborar las sospechas y, en última instancia, esclarecer el atentado.

No tienen duda, en cambio, de que el canal de televisión público de noticias Rossiya-24 contribuyó a crear el ambiente de hostilidad contra la emisora, y en particular los periodistas Tatiana Felgengauer y Aleksandr Pliushev, al difundir en fecha reciente un reportaje, en el cual los acusó –sin presentar ninguna prueba– de trabajar al servicio del Departamento de Estado de Estados Unidos y en contra de los intereses de Rusia.

El caso de Ejo Moskvy –uno de los pocos medios de comunicación que se permiten criticar al Kremlin– llama la atención, por cuanto al ser obligado su fundador, Vladimir Gusinsky, a vender sus acciones, el monopolio estatal del gas, Gazprom, manejado por funcionarios muy cercanos al presidente Vladimir Putin, se volvió su accionista principal, sin poder influir en su política editorial, a cargo de los propios periodistas. Esta extraña situación se debe a los candados puestos hace años en el documento de compraventa.