Economía
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El jefe negociador mexicano Kenneth Smith califica de inaceptables regresar a los aranceles

México tiene la línea roja de no retroceder en beneficios logrados

Muchas propuestas de EU para el TLCAN no tienen apoyo de su sector empresarial, asegura

 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de octubre de 2017, p. 18

Washington.

México, que revisa junto con Estados Unidos y Canadá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que une sus economías desde 1994, tiene una línea roja: no retroceder en los beneficios logrados, dijo en entrevista a la agencia de noticias Afp el jefe negociador mexicano, Kenneth Smith.

Caer en mecanismos de comercio administrado, o regreso a los aranceles, o mecanismos que tiñan la viabilidad de la solución de controversias, serían cuestiones inaceptables porque representarían una pérdida con respecto a lo que tenemos hoy, enfatizó.

Señaló que hay muchas propuestas de Estados Unidos que no tienen apoyo de su sector empresarial y destacó que desmantelar el tratado también tendría un importante impacto en el sector de servicios de Estados Unidos, que depende de proveer a Canadá y a México.

–Es evidente la fuerte tensión con Estados Unidos, ¿peligra el acuerdo?

–No hubo rompimiento en las negociaciones, el mensaje al terminar la cuarta ronda debe ser visto como positivo. No estamos en una situación fuera de lo normal en una negociación que ya esperábamos complicada. Ahora finalmente están sobre la mesa las propuestas específicas y hay que analizarlas.

–México dijo que la cláusula de extinción que propone Estados Unidos es inadmisible, ¿hay una alternativa?

–La sunset clause es innecesaria porque ya tenemos mecanismos tanto para enmendar el acuerdo como para permitir la salida de una de las partes. Una cláusula automática cada cinco años establece un alto nivel de incertidumbre para los actores económicos. No creemos que sea ni necesaria ni benéfica. Para México, el escenario ideal sería generar un acuerdo moderno, que nos permita competir con éxito en el mundo. En caso de que Estados Unidos decida retirarse ya estamos buscando alternativas.

–¿Cuál es el Plan B?

–Generar opciones para nuestras exportaciones en varias regiones. Trabajamos activamente para modernizar el acuerdo de 2000 con la Unión Europea, en el que únicamente 70 por ciento del comercio agrícola se ha liberalizado. Estamos negociando con Brasil y Argentina. También concretamos un acuerdo con la Alianza del Pacífico, con Perú, Colombia y Chile, que liberaliza 92 por ciento del comercio y el restante en los próximos años. Y abrimos la posibilidad de incorporar a Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Singapur como estados asociados. También estamos tratando de avanzar en el ATP-II. Esperamos que Estados Unidos pueda recapacitar y volver a este acuerdo, pero mientras tanto no podemos dejar de abrirnos oportunidades en Asia-Pacífico.

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El jefe negociador Kenneth Smith Ramos, el pasado 10 de agosto en la Secretaría de Economía en la Ciudad de MéxicoFoto Cristina Rodríguez

–El fin del TLCAN golpearía más a México que a los otros dos socios. ¿Qué más prevén?

–Además del aspecto comercial, estamos buscando fortalecer políticas al interior del país que hagan más atractivas las inversiones, también atendiendo el marco fiscal, con medidas domésticas de promoción sectorial como parte de los esfuerzos de reformas estructurales de esta administración.

–¿Hasta cuándo puede durar la renegociación del TLCAN?

–No vemos un límite específico. El objetivo es cerrar la negociación cuando podamos decir que tenemos un acuerdo mejorado. La preferencia sería concluir antes de entrar de lleno en el calendario político de México y Estados Unidos en 2018. Pero no vamos a apresurarlo.

–¿Cuál es la línea roja de México?

–México no está dispuesto a retroceder en lo que hemos obtenido hasta el momento en el tratado. Caer en mecanismos de comercio administrado, o regreso a los aranceles, o mecanismos que tiñan la viabilidad de la solución de controversias, serían cuestiones inaceptables, porque representarían una pérdida respecto de lo que tenemos hoy.

Impacto en agro y servicios

–¿Cuánto puede pesar la presión del sector empresarial estadunidense en la suerte del tratado?

–Sin duda, hay muchas propuestas de Estados Unidos que no tienen apoyo de su sector empresarial, por ejemplo, los cambios en las reglas de origen de la industria automotriz y el mecanismo de solución de controversias inversionista-Estado (ISDS, por sus siglas en inglés).

También ha sido muy activo el sector agropecuario, porque sabe que México es un mercado creciente para sus productos. Y desmantelar el tratado también tendría un importante impacto en el sector de servicios de Estados Unidos, que depende de proveer a Canadá y a México. Esperamos que estos mensajes a la administración Trump logren permear y tengamos una reacción positiva.

–Algunos dicen que el carácter impulsivo del presidente estadunidense Donald Trump puede incidir. ¿México lo ve así?

–Nosotros al final lo único que podemos hacer es seguir presentando argumentos con evidencia real, con cifras que demuestren cómo los tres países, y sobre todo Estados Unidos, se han beneficiado en cada sector: el aeroespacial, automotriz, equipo médico, agropecuario; y cómo podemos ganar mucho si modernizamos el tratado y cómo podemos perder también si se desmantela. Ese será nuestro mensaje y esperamos llegar a una buena solución.