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Grupo teatral del estado de México escenifica La corte de los bufones, en Guanajuato

Contrastan la dramaturgia de Lope de Vega con la actualidad en México

Los niños supieron de Jauja, donde les pagan por dormir –y no es la Cámara de Diputados– aclaran

Es una crítica al abuso del poder y a la impunidad, dice a La Jornada el director de la compañía

Foto
La Gorgona Teatro, agrupación integrada por un quinteto de bufones escenificó, en el Auditorio de Minas, una obra dirigida al público infantil, como parte del programa desarrollado por el estado de México, invitado del FIC. Imagen tomada de la página oficial del Festival Internacional Cervantino en Internet
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 21 de octubre de 2017, p. 3

Guanajuato, Gto.

Un tal Lope de Rueda, quien vivió por allá de mil 500 y algo, llegó gracias a una corte de bufones jorobados, gigantes y enanos hasta un teatro repleto de niños con unos cuentos de este dramaturgo, quien vivió en el Siglo de Oro español.

La obra infantil La corte de los bufones: paso a paso la comedia se escenificó en el Festival Internacional Cervantino (FIC), como parte del programa del estado de México, invitado de la edición 45 del encuentro artístico cultural.

El dramaturgo y director José Uriel García Solís dijo, en entrevista con La Jornada, que la finalidad es traer en esencia el teatro popular de Lope de Vega, aunado al teatro mexicano, en una pieza amena y divertida, y si generamos un momento de reflexión es ganancia.

Junto a la compañía La Gorgona Teatro, ofrecieron una adaptación de los pasos del autor español para el público más joven que acudió al Auditorio de Minas, en una fiesta acompañados por sus padres, abuelos y profesores.

Es un trabajo de exploración, en el que primero queríamos crear teatro itinerante inspirados en las compañías trashumantes de la Nueva España; estudiar sus recursos y estructura para nosotros crear una versión propia, detalló. Luego contextualizamos con problemas vigentes que nos parece interesante exponer.

Los protagonistas, monigotes, marionetas y saltimbanquis surgieron a raíz de los personajes contrahechos que también florecieron en el periodo virreinal y dieron licencia para hacer crítica. Así nació el concepto de esta compañía de personajes grotescos con espíritu bufonesco.

Unos locos colorados, enfundados en trajes carmesí y rostros blancos, acompañados por el frenesí de un acordeón, contaron sus historias, desde los embaucadores de la tierra de Jauja, unos padres desalmados, ambiciosos y viciosos hasta una cantante violenta quien reclama que le han robado su pastel y ella tiene el poder para castigar y ser impune.

Los pasos, o entremeses, fueron escritos por el dramaturgo español Lope de Rueda (1510-1565) hace cinco siglos. Son breves y sencillas tramas con situaciones graciosas. Tres de los pasos llegaron en forma de espectáculo cómico y ópera bufa, con todo y famosas tonadas de ópera como La reina de la noche, de Mozart o el tarareo de Carmen, de Bizet. Las piezas La tierra de Jauja, La generosa paliza y Las aceitunas fueron representadas por este quinteto de bufones.

El color rojo exacerba las pasiones de las personas

La elección del rojo predominante en las escenas obedece a que es llamativo, como parte de una pieza pensada para escenificarse en la calle, por lo que decidimos utilizar este color por la exacerbación de las pasiones del ser humano, que nos llevaran al carácter del bufón. Visualmente es impactante y genera un gancho con el público.

No sólo niños y niñas, también perros, gatos y seres extraños fueron bienvenidos en la única función la tarde del miércoles. La pequeña Lala dio inicio a una escenificación con cantos y cuentos picarescos, algunos subidos de tono como el color de los vestuarios que lucieron esos bufones que de lugar en lugar vagan contando sus historias.

Cuánto mal causa la pobreza, la ambición y los vicios, lamentó el títere Lala, con un cuento sobre aceitunas y los sueños de sus padres para hacerse ricos sin siquiera haber sembrado los árboles que darían los frutos.

También los pequeños supieron de ese maravilloso lugar llamado Jauja, donde les pagan por dormir –y no es la Cámara de Diputados– aclararon presurosos, además de que corren ríos de miel y zarzamora. Esta historia de engaños y robos también fue relatada por los cinco coloridos actores en escena.

La intención no es agredir ni ofender. Aunque sí tiene un tinte político, con una crítica hacia el abuso del poder y cómo algo nos detiene cuando estamos a punto de levantar la voz y el reclamo, así como a la impunidad, afirmó el dramaturgo, con su carreta cargada de bufones ya en el camino.