En el mundo cada 30 segundos una persona se convierte en víctima de alguna forma de esclavitud, denunció A21.org, agrupación que ayer convocó a la marcha por la libertad en 27 ciudades de México y se sumó a una acción extendida en más 50 países del mundo. Angélica de Luna, coordinadora nacional de la organización, alertó sobre el elevado número de víctimas de trata y explotación en México.

El país, aseguró, ocupa el primer lugar en América Latina en explotación infantil, pues al menos 270 mil menores enfrentan algún tipo de esclavitud. Destacó que también somos una nación de tránsito y destino de la trata de personas, que incluyen el abuso sexual y los trabajos forzados. Con esta marcha buscamos decir a la sociedad que aún existe la esclavitud en el siglo XXI, y a los niños y jóvenes que son vulnerables ante este flagelo, que afecta a 27 millones de personas actualmente.

Marcha por la libertad

Vestidos de negro y en silencio, más de un centenar de personas formaron una fila y marcharon del Monumento a la Revolución al Ángel de la Independencia, con el lema Caminando por la libertad, para demandar la emancipación de todas las personas que sufren cualquier forma de esclavitud en el planeta.

Natalia Gómez, coordinadora de la marcha por la libertad, recordó que 99 por ciento de las víctimas de esclavitud y trata nunca son rescatadas, y enfrentamos un fenómeno de explotación que deja 150 billones de dólares anuales en ganancias, lo que significa que miles de personas son, cada día, víctimas de trata.

Agregó que el primer paso para acabar con cualquier forma de esclavitud es estar informado: saber que existe la esclavitud actualmente y que hoy hay muchas más personas esclavizadas que aquellas que sufrieron explotación en el pasado. Es un fenómeno que no debe existir, y todos podemos contribuir a que no continúe.

Los niños y adolescentes, aseveró, son uno de los sectores más vulnerables, porque se elevan los riesgos de forma considerable a partir de los 12 años, pues es cuando los tratantes buscan engancharlos por las redes sociales o con cualquier forma de seducción o cohesión. “Por eso es tan importante que podamos visibilizar el sufrimiento de las víctimas, pero también alertar sobre los mecanismos que usan los tratantes para enganchar nuevas víctimas”.