La capacitación y el trabajo que los grupos de rescate de la Policía Federal han compartido en otras naciones –como Guatemala, Ecuador y Perú–, se puso en marcha justo en la capital del país tras el sismo del pasado 19 de septiembre. Durante los siguientes días la meta fue ayudar, a veces descansando apenas unas horas.

Balero y Arcos, dos elementos de la corporación federal que pidieron ser identificados sólo por su primer apellido, participaron en labores de rescate durante la emergencia, aunque no tenían la certeza de que sus familias estuvieran bien. Primero, señalaron: había que actuar.

Integrantes de la Policía Federal narraron a La Jornada lo que vivieron tras el terremoto del pasado 19 de septiembre, y mientras Arcos y Balero estaban en la capital del país, otro grupo de rescatistas fue trasladado de Oaxaca a la Ciudad de México para incorporarse de manera inmediata a las labores de rescate.

“Partimos del aeropuerto de Ixtepec, Oaxaca. Durante el vuelo comenzamos a trazar la estrategia de ayuda con base en los reportes que se iban generando. Al llegar a la capital nos dividimos en dos grupos: a unos nos enviaron a Chimalpopoca y Bolívar, en la colonia Obrera, y otros fueron enviados a la calle de Álvaro Obregón, número 286.

“De inmediato nos coordinamos con los grupos civiles y compañeros de otras instituciones para actuar. Lo importante era tratar de rescatar con vida al mayor numero posible de víctimas, aunque en muchos casos no existió esa posibilidad.

Nosotros siempre trabajamos con esperanza, buscamos y tratamos de rescatar a las personas, porque esa es nuestra labor y para ello nos capacitamos, afirmó Jesús Alfonso Rojas Rosas, jefe del quinto agrupamiento de la Coordinación del Restablecimiento del Orden Público, de la corporación.

El mando policial agregó que cada integrante que participa en los equipos de rescate ha sido capacitado durante, al menos, tres años y que ello les ha permitido contar el mismo nivel de profesionalización que los integrantes de misiones internacionales que viajaron a México para apoyar en las labores de búsqueda y rescate.

Los grupos de auxilio de la Policía Federal cuentan con capacitación en extracción vehicular, apoyo prehospitalario y rescate de víctimas en estructuras colapsadas, entre otras especialidades de protección civil, y como parte de este trabajo también existe personal que labora con elementos caninos, al mando de Jesús López, director de entrenamiento.

Los agentes Balero y Arcos, maneadores de elementos caninos, consideran héroes a sus compañeros Kublay y Kira, que han rescatado a más de 70 personas durante las misiones humanitarias en las que han participado en cuatro países.

El 19 de septiembre, justo a la hora del sismo, Balero y Arcos entrenaban en el Centro de Mando la Policía Federal, en Iztapalapa. Inmediatamente, al igual que muchos de sus compañeros, fueron trasladados a varios de los inmuebles que colapsaron en la Ciudad de México: El objetivo era ayudar a los ciudadanos que estaban atrapados. Los conocimientos y experiencia que hemos adquirido y puesto en marcha en otras naciones, como Guatemala y Perú, ahora se aplicaron en nuestro país.

En su caso, el agente Arcos tuvo conocimiento de cómo estaba su familia hasta seis días después, porque donde vivo se fue la luz y los sistemas de comunicación no funcionaron; pensaba en ellos con la confianza de que estarían bien. Mientras, estaba concentrado en las labores de rescate, observando el comportamiento de mi compañero, que con sus movimientos de cola, el parar de sus orejas o caminar en círculos nos daba la esperanza de rescatar a alguna víctima.

En conjunto, los elementos de la Policía Federal pudieron colaborar en la búsqueda y rescate de personas en dos de los derrumbes con mayor número de víctimas. La prioridad es ayudar, no preocuparnos por nosotros, porque siempre tenemos la esperanza que haya personas vivas en los casos de desastre, apuntaron Balero y Arcos.