Barcelona.

El duelo entre el Atlético de Madrid y el Barcelona el sábado en la Liga llega en plena crisis política entre el gobierno español y el catalán, pero el entrenador azulgrana Ernesto Valverde estimó ayer que se trata de un partido de futbol, nada más.

Esta será la primera vez que el Barça visite la capital desde el referéndum sobre la independencia en Cataluña, el 1º de octubre, consulta prohibida por la justicia y marcada por la violencia policial, que condujo a una declaración de independencia, inmediatamente suspendida, por el presidente catalán Carles Puigdemont.

Por ser un producto catalán por excelencia, el Barcelona seguramente enfrentará un ambiente más hostil de lo normal por parte de la afición rojiblanca.

Creo que a las personas no nos gusta que se haya llegado a una situación en la que por llevar dos banderas distintas, acaben a tortazos o dos vecinos terminen discutiendo o algo más, dijo esta semana el capitán del Barcelona, Andrés Iniesta, en una entrevista radiofónica.

En la cancha, en tanto, las cosas no podrían ser mejores para el Barcelona, que es líder de la Liga al sumar siete victorias en siete partidos, con cinco puntos de ventaja sobre el Sevilla, segundo. El Atlético es cuarto a seis de los azulgranas.

Sin embargo, el equipo azulgrana enfrentará a su rival más duro desde que comenzó la temporada en el Wanda Metropolitano. El Atlético de Madrid marcha cuarto en la tabla, a seis puntos del Barça, pero también está invicto.