Adolescentes no saben usar anticonceptivos: experta
Viernes 13 de octubre de 2017, p. 36
En Latinoamérica 58 por ciento de los embarazos no son planeados. En México en el rango de edad de 15 a 19 años, 48.5 de las gestaciones no son planificadas, de 20 a 24 años, 38.3 por ciento no fueron programadas y en rango de 35 años y más el porcentaje es de 31.2, señaló Josefina Lira Plascencia, vicepresidenta del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia.
En conferencia de prensa en la que se presentó un nuevo anticonceptivo inyectable subcutáneo de larga duración, la experta precisó que aunque los adolescentes conocen los métodos anticonceptivos, muchos no saben cómo utilizarlos de forma correcta.
Detalló que en el caso de la píldora anticonceptiva, 94.9 por ciento sabe de su existencia, pero solo 14 por ciento la usa de forma funcional; las inyecciones, 79.9 las conoce, pero sólo 35.1 las usa de manera correcta; 81 por ciento tiene conocimiento del uso de la píldora de emergencia, pero 60 por ciento la utiliza de forma adecuada, y en el caso de los condones masculinos 96.1 los conocen, pero solo 79.5 los usan de manera funcional. De lo anterior se derivan embarazos no programados y añadió que existe una subutilización de los anticonceptivos de larga duración debido a varias razones, entre ellas el escaso conocimiento sobre métodos, actitudes equivocadas, mitos y conceptos erróneos, temor a la aplicación, preocupación por efectos secundarios y percepción de costos altos.
El nuevo anticonceptivo lanzado en el país por el laboratorio Pfizer es un preparado de la hormona Depo-Medroxiprogesterona, que se administra cada tres meses y según su fabricante tiene múltiples beneficios: es muy efectivo
, de fácil aplicación y con escasos efectos secundarios.
Guillermo Galán Chiappa, director del Centro de Capacitación e Investigaciones Clínicas de Chile, indicó que el producto viene en un dispositivo listo para aplicar bajo la piel y añadió que puede ser utilizado sin problemas por mujeres que experimentan migrañas con aura, fumadoras, obesas, hipertensas, con lupus y enfermedad cardiovascular.
Sólo la primera vez que se inyecta se debe tener supervisión médica para explicar cómo hacerlo, luego la usuaria puede inyectarse sola en la pared del abdomen o en la cara anterior del muslo.
Su uso continuo genera amenorrea, la cual cesa una vez que se deja de utilizar el método. También incide en una disminución del sangrado menstrual, disminuye las posibilidades de desarrollar enfermedades del endometrio y algunas infecciones pelvianas. Entre los efectos secundarios están cambios de peso
y variaciones en la densidad mineral ósea.