Por conducto de mensajes de chat, blogs y redes sociales maestros de escuelas públicas de la Ciudad de México que aún no han regresado a clases han comenzado a envíar guias de estudios a sus alumnos. Queremos que tengan material para avanzar en las unidades de aprendizaje y regresar a clases sin tanta presión por cubrir los calendarios, aseguraron maestras de educación básica de la delegación Gustavo A, Madero.

En Iztapala, profesores de primaria y secundaria destacaron que nos citamos por redes sociales en las escuelas, y aunque no tenemos acceso, tratamos de orientar a los padres de familia para que los estudiantes no sólo estén viendo televisión en casa.

Sin embargo, reconocieron que sólo han contactado entre el 30 y 40 por ciento de los padres, pues no todos cuentan con la tecnología, como un teléfono inteligente, o no tienen tiempo de acudir a las reuniones.

En tanto, la Secretaría de Educación Pública (SEP) prevé aplicar un modelo mixto de recuperación de clases en el que se podrá optar por recuperar los días perdidos laborando en contraturno, es decir, por las tardes; los fines de semana o alargar el calendario escolar en el receso de verano.

Sin embargo, maestros frente a grupo aseguraron que no se toma en cuenta que muchos profesores cubren dos turnos, tanto matutino como vespertino; que no todas las localidades ofrecen la misma seguridad para enviar a los niños a clases sábado y domingo, y que recortar las vacaciones impactará también a las familias.

Destacaron que, una vez normalizadas las actividades docentes, se debe hacer una revisión de los contenidos y definir si es necesario o no modificar el calendario vigente. Cada decisión que se asuma tendrá un impacto en alumnos, docentes y padres de familia. La comunidad escolar tendrá que decidir qué es lo que considera mejor, afirmaron.

Los educadores agregaron que más que el temor a perder el ciclo escolar, lo que está generando preocupación entre los docentes es el riesgo de deserción, porque en zonas como Iztapalapa, Xochimilco o Tláhuac las familias están enfrentando una nueva realidad, por lo que será muy importante detectar en cada escuela qué alumnos han perdido su hogar o un familiar, que pudiera desajustar la economía familiar, y elevar el riesgo de que el menor tenga que laborar.

Otro desafío, insistieron, es la anunciada reubicación de educandos de planteles dañados o que serán reconstruidos. No sabemos dónde van a ubicarlos si las aulas están saturadas en el turno matutino, y sólo algunas vespertinas podrían recibir determinado número de estudiantes, mientras la instalación de aulas prefabricadas será un desafío en escuelas que cuentan con poco espacio y que ya cuentan con poblaciones de centenares de estudiantes.