Un grupo de 50 personas se apoderó de manera irregular y por varias horas de un predio ubicado en avenida del Imán, casi esquina con Aztecas, en la colonia Pedregal de Carrasco, delegación Coyoacán.

Los hechos ocurrieron la madrugada de ayer, cuando mujeres, hombres y niños ingresaron al terreno donde se atrincheraron hasta después de las 19 horas, cuando abandonaron el lugar. Todo el día aseguraron que el predio les pertenecía.

Los invasores llevaban material de construcción, polines y lonas, que utilizaron de inmediato para levantar casas de campaña, incluso empezaron a construir una barda con tabiques y cemento. Cerraron la puerta de la malla metálica que cercaba el terreno con el fin de evitar que fueran desalojados. Se negaron a responder preguntas y con gorras, sudaderas, suéteres o trapos se cubríeron el rostro.

Vecinos de la zona reportaron la invasión; elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y autoridades delegaciones se apostaron en avenida del Imán y Aztecas.

Uno de los representantes del grupo invasor afirmó que tenían documentos relativos a la propiedad del terreno y aceptó comenzar la negociación con las autoridades.

Por su parte, la delegación Coyoacán manifestó que quienes hicieron la ocupación ilegal no eran habitantes de la demarcación, pero que iniciarían un diálogo para evitar una confrontación y violencia; expuso que el área jurídica, junto con vecinos del Pedregal de Carrasco, presentaron una denuncia ante la procuraduría capitalina que inició una investigación.

Vamos a salvaguardar la integridad, incluyendo a las personas que decidieron tomar el predio, mediante el diálogo y ese será el objetivo principal, para que ellos también de manera natural puedan desocupar el predio respetando los derechos humanos y para que nadie salga agredido.

Tras la negociación, el grupo de personas que se metió al predio pidió unos minutos para tomar una decisión, lo cual fue aceptado por el gobierno delegacional con el argumento de evitar que se pudieran suscitar actos de violencia.

Luego de un tiempo, los ocupantes decidieron salir y levantaron lonas, tubos, palos y el material con el cual edificaban la barda; mientras, los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México hicieron una valla para proteger la salida de los ocupantes y resguardaron el terreno por varias horas para evitar que nuevamente fuera ocupado.