Desde hace casi un cuarto de siglo se han emprendido acciones para proteger a la vaquita marina, especie en riesgo de extinción, sin resultados: quedan menos de 30 ejemplares. Hoy se pondrá en marcha un nuevo programa, Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación) para rescatar algunas y buscar su reproducción en cautiverio.

El plan de emergencia consiste en la liberación de delfines entrenados por la Armada de Estados Unidos para detectar ejemplares de la vaquita y guiarlos a un santuario, que se ubicará en el Alto Golfo de California, hábitat de la especie.

En la década de los 70 se empezó a reportar la existencia de la vaquita, y desde entonces se señaló que se trataba de una población aislada, reducida y amenazada. Para su protección, en 1993 se decretó la reserva de la biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, pero en 25 años no se ha logrado su salvamente, hubo negligencia, señaló Rubén Arvizu, director para América Latina de Jean-Michel Cousteau’s Ocean Futures Society.

En 1997 el gobierno federal creó el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva); en 2005 se definió el área de refugio y un plan para su protección, detalla el Progra-ma de Acción para la Conservación de la Especie (Pace) de 2008, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

En 1992 se logró un acuerdo para prohibir el empleo de redes agalleras usadas en la pesca de la totoaba, cuya veda se estableció desde 1975, menciona el Pace.

En un censo de 1997 se reportó que había 567 ejemplares de vaquita, la mayor parte de los avistamientos fueron cerca del puerto de San Felipe, Baja California. Pero en el reporte del Cirva de 2016 se cuantificaron 30 ejemplares. En los primeros meses del año se encontraron al menos cuatro vaquitas muertas.