Quince días tuvieron que pasar para que, finalmente, la madrugada de este miércoles se lograra rescatar el último cuerpo que quedaba bajo los escombros de la calle Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma de Ciudad de México.

Por primera vez, después del sismo del pasado 19 de septiembre, la montaña de enormes lozas y varillas retorcidas se vio vacía, sin topos ni rescatistas de una decena de países, como México, España, Panamá, Francia e Israel, que a lo largo de esos días sumaron esfuerzos para encontrar a todas las personas que aquel fatídico martes quedaron atrapadas en lo que fue un edificio de oficinas.

El saldo final de las tareas de salvamento indica que el martes 19 y miércoles 20 de septiembre lograron sacar de ahí a 28 personas con vida, y del jueves 21 de ese mismo mes al miércoles 4 de octubre se hallaron 49 cuerpos sin vida, los cuales quedaron aprisionados entre los cinco pisos que tenía ese inmueble.

La desgastante labor de rescate concluyó cerca de las 4 de madrugada de ayer, al encontrar el último cuerpo: el de un hombre, en la parte baja de esa mole de piedras. Una hora después, cerca de las 5:20, los rescatistas cumplieron con el ritual que se hizo común en todos los puntos colapsados, cantaron el Himno Nacional.

A las 7 de la mañana, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, quien desde los primeros días estuvo atento a las labores en ese inmueble, publicó en su cuenta de Twitter: Concluida la tarea; todos los cuerpos rescatados y entregados en Álvaro Obregón, conforme a lo comprometido con sus familiares.

Más tarde llegó al lugar el secretario de Protección Civil del Gobierno capitalino, Fausto Lugo, quien señaló que a partir de ahora dará inicio el protocolo de mitigación de riesgos, de eliminación de estructuras que representan peligro para la parte perimetral y daremos parte a la Procuraduría General de Justicia capitalina, la que tomará las muestras, los materiales y todo lo que en materia forense se requiera para determinar las causas por las cuales colapsó el edificio.

Aseguró que se evaluarán los inmuebles colindantes para garantizar que lo que quede de pie no represente un riesgo adicional.

Luego, los pocos grupos de voluntarios que aún seguían en ese punto comenzaron a desmontar casas de campaña, centros de acopio y módulos de almacenamiento, y los rescatistas empezaron a retirarse, al igual que las unidades de socorro. Todo concluyó con una conferencia de prensa de voluntarios de ese lugar, quienes informaron que quedó bajo sus resguardo toda la herramienta que se recibió durante los días posteriores al sismo del 19 de septiembre y que fue utilizada en las labores de salvamento.

Detallaron que entre los materiales se encuentran palas, picos, carretillas, martillos, mazos, guantes y una diversidad de equipo, que se llevará en una bodega de la calle de Durango 262, y posteriormente un comité plural de ciudadanos determinará el futuro que se les dará.