Madrid.

Los partidos soberanistas anunciaron que el próximo lunes, al finalizar el pleno parlamentario que analizará los resultados del referendo, se declarará la independencia unilateral de Cataluña y el nacimiento de una nueva república.

El presidente de la Generalitat y líder del movimiento separatista, Carles Puigdemont, en una declaración institucional, con formato similar al utilizado este martes por el rey Felipe VI, le reclamó haber roto su condición de moderador.

Usted ha decepcionado a muchos catalanes, aseveró, al responder al mensaje del jefe de Estado español.

El pasado domingo se celebró un referendo de independencia en Cataluña, con 10 mil policías españoles enviados para evitar la votación y un largo proceso judicial detrás que no sólo declaró ilegal la consulta, sino que también abrió procesos penales y civiles contra sus impulsores, que podrían ser juzgados por los delitos de sedición, malversación de recursos públicos, prevaricación y desobediencia.

En estas condiciones, y en medio de una brutal represión que dejó cerca de 900 heridos, se realizó la consulta en la que 2 millones 200 mil personas pudieron depositar su voto. Según el conteo, 90 por ciento respondió sí a la pregunta: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?

El compromiso de la coalición Junts pel sí, integrada por el Partido Demócrata de Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, y de sus socios de la Candidatura de Unidad Popular (anticapitalistas y feministas) era que, de ganar el sí, en un plazo de 48 horas se declararía la independencia de manera unilateral.

El gobierno catalán está en la última fase del conteo de votos, sobre todo porque faltaban por escrutar los votos enviados por correo, pero el proceso concluirá esta semana. Los partidos independentistas, que tienen mayoría en el Parlamento regional y en la Mesa –72 escaños de 135– convocaron a sesión extraordinaria el lunes para analizar los resultados electorales y para que sea en el seno de la soberanía popular donde se declare la independencia y se anuncie la entrada en vigor de la ley de transitoriedad o de desconexión, que también fue declarada ilegal por los tribunales españoles.

Mireya Boya, diputada de la CUP, anunció: el próximo lunes declararemos la independencia de Cataluña y el nacimiento de una nueva república. Asumimos que puede haber inhabilitaciones o detenciones de miembros del gobierno y del Parlamento. Estamos preparados, y ello en ningún caso parará la declaración de independencia.

Alrededor de las nueve de la noche, la misma hora en la que Felipe VI dio un mensaje para respaldar la actuación del gobierno de Mariano Rajoy en la crisis, incluidas las operaciones judiciales y policiales, Puigdemont respondió al monarca español en catalán, “un idioma que sé que conoce.

No compartimos el mensaje del jefe del Estado, que hace suyas las políticas de Mariano Rajoy e ignora deliberadamente a los catalanes que no pensamos como él y que han sido víctimas de la violencia policial. La Constitución le da al monarca una figura de moderador que no ha ejercido. Así no. Ha decepcionado a una mayoría de catalanes.

Puigdemont se mostró dispuesto a aceptar una mediación para evitar confrontaciones, pero advirtió que su hoja de ruta y su compromiso con los electores es la misma. Mi gobierno no se desviará ni un milímetro de nuestro compromiso.

Además, se informó que el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, será procesado en la Audiencia Nacional de España por el delito de sedición. Se presentaron denuncias también contra Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de la Asamblea Nacional Catalana y la plataforma cultural Omnium, respectivamente.

La crisis en Cataluña también provocó una caída drástica de los valores bursátiles, en lo que fue la peor debacle financiera desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Según analistas, la pérdida de los 10 mil puntos del Ibex 35 –el valor bursátil español– se debe a la situación política en el país a raíz de la amenaza de secesión de Cataluña.

Rajoy rechazó la propuesta de mediación y diálogo propuesta por el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias: No me puedo sentar a negociar con quien chantajea al Estado, argumentó.