El ataque, perpetrado durante un concierto, fue obra de Stephen Paddock: autoridades
Todos estábamos corriendo, se podía ver cómo la gente era impactada por balas, comentó a medios de comunicación locales una de las asistentes al concierto de música countryFoto Afp
Martes 3 de octubre de 2017, p. 2
Nueva York
El peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos cobró por lo menos 59 vidas y dejó más de 500 heridos en Las Vegas. Esto ocurre en un país donde cada día se registra en promedio un incidente con múltiples víctimas por arma de fuego.
La matanza sacudió a todo Estados Unidos, donde escenas de sangre, gritos y lágrimas dominaron las noticias, con testigos contando una y otra vez la lluvia de balas que provenían desde un piso alto del hotel Mandalay Bay, esto durante un enorme festival de música country al aire libre con unos 22 mil asistentes que se realizaba la noche del domingo en el centro turístico de casinos, hoteles y teatros de Las Vegas.
El responsable fue identificado por las autoridades como Stephen Paddock, de 64 años, habitante de Mesquite, Nevada, un estadunidense anglo sin antecedentes criminales. Aun no se sabe de los motivos que tuvo para perpetrar el ataque.
El músico Jason Aldean estaba cantando cuando primero se escucharon disparos de un arma automática poco después de las 22 horas locales. Los músicos abandonaron el escenario y miles en el público trataban de huir. La policía desesperadamente buscaba ubicar el origen de las balas, sin saber si eran varios los atacantes, pero por fin llegaron al piso 32 del hotel (con más de 3 mil habitaciones en 44 pisos).
El sheriff Joseph Lombardo, del Departamento de Policía de Las Vegas, informó inicialmente que Paddock tenía por lo menos 10 rifles en su habitación, más aparatos para montar armas entre su arsenal –pero poco más tarde se reportó extraoficialmente que había hasta 17 rifles en el cuarto que ocupó desde el 28 de septiembre. Creemos que el individuo se suicidó antes de nuestra llegada
, declaró Lombardo, al confirmar que por ahora se supone que habría actuado de manera solitaria.
La policía indicó que otras 18 armas de fuego, explosivos y miles de municiones fueron encontrados en la casa del presunto autor en Mesquite.
El presidente Donald Trump envió un tuit ayer por la mañana con sus condolencias y simpatías a las víctimas
en Las Vegas. Poco más tarde declaró que lo sucedido fue un acto de pura maldad
e informó que viajará a esa ciudad este miércoles.
La tarde de ayer el condado Clark, donde se ubica Las Vegas, declaró estado de emergencia, mientras cientos se presentaron para donar sangre a los hospitales, y se buscaban terapeutas para ofrecer tratamientos por traumas sicológicos.
Uno tras otro asistente describían escenas escalofriantes. Todos estábamos corriendo, podías ver cómo la gente era impactada por balas
, comentó una mujer a medios locales, Otra, después de describir su huida entre la sangre, dijo ¿Quién pensaría que la gente haría algo como esto en Estados Unidos?
Una sección del Strip, en el centro de la zona de los grandes casinos y hoteles, fue clausurada por la policía, mientras algunos casinos suspendieron operaciones. Se reportó que hubo algunos vuelos desviados durante la emergencia ya que el aeropuerto está cerca de donde ocurrió la masacre.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) informó que por ahora no existen indicaciones de que el ataque estaba vinculado a alguna organización internacional terrorista
(a pesar de versiones de que el Estado Islamico se había atribuido la responsabilidad).
Reporteros, analistas y ciudadanos –y con mucha mayor angustia inmigrantes y todo musulmán– repiten lo que se ha vuelto un ejercicio automático inmediatamente después de un incidente como éste: esperar a que el responsable sea identificado –si es extranjero o sobre todo si es musulmán–, la palabra terrorista
ya define la respuesta oficial, justificando todas las medidas anti-musulmanas y antinmigrantes y los programas de seguridad que se han acumulado desde el 11-S. Pero si resulta ser otro estadunidense blanco, el tono cambia a uno de buscar entender qué lo llevó a provocar una tragedia, y consolar a los afectados.
El hermano de Paddock, Eric, entrevistado por CBS en su hogar en Florida, comentó que estaba estupefacto
con la noticia, sin ninguna idea de la motivación. Según el hermano, reporteros y unos oficiales, Paddock estaba viviendo sus años de jubilado dedicándose al video-poker en los casinos, a veces apostando decenas de miles en una sesión.
De acuerdo con su hermano, había trabajado como contador y como inversionista en bienes raíces y le gustaba comer burritos en Taco Bell. Reveló a la vez que durante un tiempo su padre fue un asaltante de bancos que estaba en la lista de los 10 más buscados
de la FBI cuando se fugó de la prisión.
Comprar y portar armas, aun dentro de un hotel, es legal en Nevada e informes preliminares indican que algunas de las armas de Paddock fueron adquiridas legalmente.